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Se trata de David María Mereles (21), oriundo de Minga Guazú, al igual que su familia, pero actualmente se encuentran viviendo en Pa’i Ñu, ciudad de Ñemby.
Según explicó a ABC Color su padre, Claudio Mereles, David mantenía una relación con una joven de su misma edad, hija de un agente de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), a quien identificó como Martín Matiauda, que no estaba de acuerdo con que el joven la corteje.
Denunció que en la noche del 6 de abril, un hombre abordó a David frente a su casa y le inyectó una sustancia desconocida, hecho al cual atribuyen la parálisis de piernas que ahora sufre el joven y del quiste que posee en el cuello.
Afirmó que desde aquella fecha ya gastaron unos G. 20 millones en tratamiento y actualmente no poseen los recursos para solventar la recuperación del extraño mal que lo aqueja.
Sospechan que pudo haberse tratado de un encargo del agente de la Senad, molesto por la afinidad que existía con su hija.
David pasó tres meses en un hospital de la Fundación Tesâi y posteriormente en el Hospital Nacional de Itauguá. En la actualidad se encuentra en su casa, pero precisa de otros estudios, pendientes aún por la falta de recursos para costearlos.