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Machado conversó con radio Primero de Marzo y manifestó que “es imposible que a alguien se le rompa el vidrio del auto en la Costanera porque hay policías constantemente”.
“Tuvimos solo dos denuncias en dos meses”, indicó Machado.
“Yo te invito que pases por la Costanera para que puedas caminar, relajar. Solo que volvieron mucha gente del bajo y por eso se dice que hay inseguridad (…) La Costanera es muy linda, muy hermoso (sic). Hemos hecho una planificación de seguridad”, dijo Machado este viernes.
Dos adultos junto con sus hijos fueron asaltados a punta de arma de fuego por tres jóvenes en la noche del 6 de setiembre en un sector de la Costanera de Asunción. Las víctimas cuestionaron a la Policía por su escasa labor en la custodia de las personas que acuden al citado espacio recreativo para disfrutar en familia.
El pasado 17 de setiembre también se asaltó a dos personas en la Costanera, a la altura del puente sobre el cauce del arroyo Ytay, alrededor de las 16:00, donde resultaron víctimas Wilson Oviedo Bellasai, de 37 años, y su esposa Jazmín Blanco Ríos, de 32. En el caso fue herido un policía y tres menores fueron detenidos.
El jefe de la Policía Urbana y Turística tiene numerosos antecedentes por corrupción y es hermano del excomandante de la Policía, Viviano Machado.
En 1998, una investigación de nuestro diario denunció de qué manera eran traídos norteamericanos al Paraguay y los alojaban en la residencia de una ciudadana cubana en San Bernardino, que había quedado al cuidado del exjefe de la Policía Viviano Machado. Luego de esquilmarlos y hacerles nueva documentación –presumiblemente falsa– los enviaban de vuelta a EE.UU.
Una vez allá, los incautos esperaban que el dinero lloviera luego de las “milagrosas” inversiones que les sugerían hacer. Sin embargo, poco tiempo después, les enviaban faxes con fotocopias de nuestro diario donde aparecían avisos de exequias que anunciaban la muerte de los “cerebros” del negocio. Era el negocio de los muertos bien vivos.
En setiembre del ’98, el juez Carlos Antonio Ortiz Barrios decretó la prisión preventiva de todos los involucrados, entre los que estaban un funcionario del Banco Central de nombre Pedro Claver Fleitas Vallejos, Juana Ortellado de Fleitas, el mismo Inocencio Machado Orihuela, su asistente de entonces, el policía Jorge Javier Ruiz Díaz, y Víctor Dionisio Ibáñez Caballero. También ordenaron la prisión de Raúl Villalba Gallagher y posteriormente se incluyó el nombre de un delincuente internacional fichado por la Interpol, Gerardo Hanich Louis, alias Gerardo Cavalcante.
En la feria judicial del ’99, varios de ellos quedaron libres.
El comisario Inocencio Machado, actual jefe de seguridad de la Costanera, tiene más antecedentes además de éste. Varias publicaciones de nuestro diario lo involucraron repetidamente con las recaudaciones realizadas para “la corona”. En diciembre del 2006 se apuntaba nuevamente al policía en una publicación de recaudaciones tipo “peaje” para poder conseguir algunos cargos o permanecer en otros.
Según nuestro diario, ya en aquel entonces, “la práctica es muy entendida y asumida como 'normal' por varios agentes, que ven la posibilidad de continuar en sus puestos, y donde –a más de sus sueldos, en el caso de los ministerios y las guardias personales a dignatarios– suelen recibir sobresueldos que oscilan entre 600.000 y 1.500.000 guaraníes”.
En 2008 publicaron el caso del agente Fredy Molinas, un humilde policía que murió en una estancia en San Pedro, donde hacía vigilancia, luego de pisar un cable suelto. Voces dentro de la Policía se elevaron contra Inocencio Machado, entonces jefe de la Agrupación de Seguridad, a quien acusaron de haber destinado al agente a esa zona del país para hacer guardia privada por la cual, presuntamente, él recaudaba.
En mayo de 2008, otra publicación apuntaba nuevamente al mismo como el “coordinador” de las guardias de seguridad realizadas en financieras, casas de cambio y comercios varios. Según nuestro diario, las actividades eran “controladas y “administradas” desde la Agrupación de Seguridad del Cuartel Central de la Policía, “coordinadas” por un subcomisario de nombre Inocencio Machado”.
También fue acusado como responsable de haber destinado para vigilar un recinto de juegos de azar a otro agente que también murió enfrentando a delincuentes.