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Luego de la operación por la cual Melisa Acuña, una niña de diez años diagnosticada con sordera aguda bilateral, recibió un implante coclear, los padres de ella comenzaron a recibir cientos de llamadas, mensajes a su perfil de Facebook de gente que necesita ayuda porque también tienen hijos o parientes con discapcidad auditiva.
"Hubo un boom después de lo de Melisa", dijo Alberto Acuña, padre de la niña, en contacto con ABC Color. Manifestó que hasta donde pueda, él dará todo de sí para ayudar a la gente, que lo que más quiere saber es qué hacer y cómo.
Dijo que contactaron con él y su esposa Natalia, personas de diferentes puntos del país en busca de una respuesta sobre cómo movilizarse. Agregó que siempre que sea para el bien común él no se negará a apoyar las actividades.
Explicó a la vez que todavía es larga la lucha que empezaron con la colocación del implante, porque ahora deberán comenzar las pruebas y adaptación de la niña al aparato para avanzar hacia el objetivo que es que la niña escuche.
El implante consiste en colocar una especie de microchip en el oído interno del paciente que envía las señales al cerebro auditivo y permite que la persona escuche.
El aparato tiene un costo muy elevado, unos 27.000 dólares americanos lo que imposibilita la compra para la mayoría de las familias. Además, a eso se le debe sumar el costo de la operación si se realiza en un sanatorio privado que ronda los 10.000 dólares.
Melisa fue la primera paciente en recibir este implante en un hospital público.