Seis familias quedaron a la deriva tras desalojo

TACUARAS. Seis familias humildes, con numerosos integrantes, habitaban el predio de la estancia “Isla Alta" de este distrito desde hace más de medio siglo y tras un aparatoso desalojo quedaron a la deriva ayer.

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Una de ellas es la que integra doña Presentación Román de Cabañas (75), hija del héroe de la Guerra del Chaco Higinio Román. La descendiente relató que vivían al fondo de la estancia, en una casa construida por su familia.

“Allí quedaron nuestras 13 lecheras, nuestra pequeña huerta y cultivos para nuestro sustento diario. Producíamos queso que comercializábamos para sobrevivir. Tengo 12 hijos, de los cuales 9 sobreviven. Ellos fueron migrando y ya sólo quedábamos mi marido, una nieta y yo”, expresó.

Afirmó que la notificación de desalojo los tomó por sorpresa y no fueron avisados por nadie. La anciana descendiente de un héroe del Chaco lamentó la burla de la que son objeto por parte de personas extrañas que las atropellan en sus derechos humanos.

“Les pedimos que nos dejen vivir en el lugar, incluso pedimos que al menos nos dieran más tiempo para sacar nuestras pertenencias y animales y tampoco cedieron a nuestra petición. Eso significa que vamos a perder todo lo que pudimos lograr en 50 años de sacrificio”, expresó entre sollozos.

Lamentó la insensibilidad de las autoridades y las personas que sólo piensan en acumular riquezas, sin importar el daño que realizan a otros seres humanos. Recordó a su padre, que en su juventud partió al Chaco a defender el territorio nacional a riesgo de perder su vida y regresó lisiado por las heridas de guerra.

“Él nos enseñó a ser patriotas, a respetar a las autoridades y a trabajar honestamente para sobrevivir. Y hoy se paga el sacrificio de nuestro padre en la guerra y la honestidad de la familia echándonos como animales del lugar donde crecimos y nacieron nuestros hijos”.

Imploró a las autoridades nacionales a ayudarles como descendientes de un héroe del Chaco y que el presidente de la República les reubique en un terreno adecuado para trasladar sus animales.

“Tengo mis vaquitas, cabras, cerdos y aves de corral, que logramos criar con mucho sacrificio", contó. Recordó que sus vecinos sufren la misma injusticia. “Son todos ciudadanos humildes y honestos que merecen ser auxiliados y que se les devuelva la tranquilidad”.

El diputado Carlos Enrique Silva (PLRA) afirmó que integrantes de las familias afectadas se acercaron a la oficina parlamentaria comunicando haber recibido la orden de desalojo. Dijo que inmediatamente acudieron a la jefatura de la Policía Nacional, solicitando que se respeten los derechos y la integridad física de las personas.

Igualmente, pidieron que la Defensoría del Pueblo de Misiones envíe un representante, al no contar con un defensor en el Ñeembucú. “Estas familias no fueron respetadas en sus derechos, por más de que son terceros afectados, producto de un litigio que tienen los dueños de la propiedad con otra persona”, significó el parlamentario. Afirmó que las familias habitan el lugar desde hace más de 50 años y tienen derecho a la usucapión.

“Si los afectados no presentaron una acción de este tipo es por el desconocimiento que tienen, ya que son familias muy humildes, de escasos recursos y no pueden pagar los servicios de un abogado”, expresó. Agregó que el Estado no puede ignorar el derecho de esta gente y que se harán las gestiones correspondientes para que estas familias puedan regresar a sus lugares de origen, “de donde nunca hubieran salido”.

El parlamentario liberal aseguró la asistencia con profesionales del derecho para reincorporarlos en los sitios que habitaban. Explicó que, de no lograrse este propósito, las familias deben ser reubicadas en terrenos con la superficie necesaria para que puedan continuar con sus actividades habituales en el mismo distrito.

La penosa situación de los antiguos pobladores de la estancia “Isla Alta” se da al consumarse el desalojo de la misma por orden de la jueza Gissella Palumbo. Eduardo Elías Hrisuk tomó posesión de las tierras y respondió negativamente al ruego de las antiguos pobladores de continuar viviendo en el lugar en que habitan desde hace más de 50 años.

 

 

 

 

 

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