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La precariedad del pequeño pontón del puerto de esta ciudad es un contrasentido, considerando que Alberdi depende casi en exclusividad del comercio fronterizo. La imagen que se da a los visitantes es deprimente y es un freno para el desarrollo de la ciudad y el bienestar de sus pobladores.
Otra estructura fundamental para los alberdeños es el dique de contención que había sido reparado precariamente en la anterior riada y que según la promesa del ministro de Obras Públicas, Ramón Jiménez Gaona, sería reconstruido con una inversión de varios millones de dólares. Los vecinos temen que la crecida el río continúe y presione la debilitada estructura, que de colapsar podría causar una catástrofe en la ciudad del norte de Ñeembucú.
Primo Vázquez, de Ciudadanos Alberdeños en Acción, subrayó que en el caso del pontón, el mejoramiento debería ser una prioridad para la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP) que cobra tasas portuarias con una recaudación importante y se desentiende de la responsabilidad del mantenimiento.
Vázquez urgió el reemplazo de la muy precaria infraestructura, ya que la actual no ofrece la mínima seguridad para los visitantes. “Es la muestra más contundente de la desidia de las autoridades de la ANNP”, expresó.
Los pobladores igualmente se quejaron del mal estado del camino en las cercanías de la ciudad. Resaltaron de que paralelamente al avance de los trabajos de asfaltado que progresan en el sector de Villa Oliva, se requiere de una acción de las maquinarias en el acceso de Alberdi, que se encuentra en pésimo estado y con el riesgo de que la riada vuelva a cortar la ruta y la ciudad quede incomunicada.