Triunfo de la ciudadanía honesta, dice la ARP

La Asociación Rural del Paraguay (ARP) "festeja el triunfo de la ciudadanía honesta” y se adhiere "con júbilo" a la defensa de la ética, forzando la renuncia de José María Ibáñez al cargo de diputado destaca en un comunicado el gremio.

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El extenso pronunciamiento de la ARP señala que los “ciudadanos honestos no permitieron que un ladrón confeso se convierta en símbolo de la corrupción y estandarte de la impunidad, producto de una justicia complaciente”.

Indica que la “decadencia moral” de aquellos funcionarios del sector público que deshonran la confianza depositada en ellos por el pueblo “hace que no merezcan representarnos, administrar los bienes públicos y la justicia”.

La Rural asevera igualmente que cuando las instituciones fallan, en especial una justicia sometida a la voluntad política, la indignación social es capaz de producir vergüenza en funcionarios que deshonran su ministerio, recordándoles que las reglas de conducta moral deben practicarse, además de predicarse, y que de los discursos deben pasar a los hechos.

El gremio agropecuario enfatiza que José María Ibáñez “es solo uno en una "legión" de otros muchos más, cuyos nombres ni siquiera recordamos: (Oscar) González Daher, (Enzo) Cardozo, (Jorge) Oviedo Matto, (Víctor) Bogado o (Raúl) Fernández Lippmann.

Agrega que si en la naturaleza los actos tienen una tendencia a la reproducción, “necesitamos que -por el bien de la salud social- la ciudadanía indignada vaya por más. Nuestros mayores, aquellos que lucharon por una patria digna, no se merecen que indignos representen a nuestro país”.

En otro párrafo, la ARP asevera que la impunidad no puede ni debe triunfar. “Gracias ciudadanos indignados por demostrarnos que unidos contra la impunidad se puede lograr un Paraguay mejor.

Añade que nuestro país reclama ahora (no luego) una ética nueva, que respete las reglas de conducta básicas de una sociedad sana, que permita distinguir el bien del mal, separar la paja del trigo, que ponga a los corruptos en la cárcel. “Estamos viviendo en una sociedad que relativiza todo, que en aras del éxito sacrifica la moral y las buenas costumbres”, resalta.

Sostiene igualmente que estamos asistiendo a una “crisis social intolerable”, porque vemos cómo nuestros gobernantes valoran más sus privilegios a los principios. “Vivimos en una sociedad enferma, degradada. No es bueno para nosotros adaptarnos a ella, como no lo h izo la ciudadanía honesta en este caso”, expresa.

Alerta asimismo que una sociedad de valores es una sociedad de gran valía, y que el destino del paraguay está unido a los valores que defendemos. “Esperamos que los corruptos recuerden que si los que gobiernan pierden la vergüenza, como este caso, los que obedecen pierden el respeto”, subraya.

 

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