Paraguaya innova en tecnología para la salud

 Gabriela Galilea es una joven abogada especializada en acceso a mercados internacionales e inversiones, que tomó una experiencia personal en salud y la transformó en una oportunidad para mejorar el acceso al diagnóstico y tratamiento, sobre todo de enfermedades oftalmológicas. Gabriela tiene estrabismo y de niña sus padres debían viajar miles de kilómetros con ella buscando un especialista, además de someterse a largas terapias de estimulación visual muy específicas, lo que para una niña quizás resultaba sumamente aburrido. 

Por eso nació Mr. Patch, o Señor Parche, un software que es una plataforma de diagnóstico y tratamiento de enfermedades que se manifiestan primero en los ojos, que pueden ser visuales o no, eso en cuanto a diagnóstico; mientras que en relación al tratamiento de enfermedades de los ojos podría permitir ofrecer ejercicios de rehabilitación visual que ayuden a mejorar el problema, explicó Gabriela en una entrevista, a pocos días de realizar la primera prueba piloto con un grupo de oftalmólogos en Argentina, donde están muy interesados en la herramienta. Después de la prueba piloto, Gabriela y su equipo embarcarán a Berlín, Alemania, donde pretenden encontrar inversionistas que le permitan seguir desarrollando el proyecto. 

El proyecto prevé dos fases: la primera es que la herramienta, el software y el hardware -que sería inicialmente un eye tracker, pero que después variará indefectiblemente hacia algo completamente móvil- esté al alcance de los oftalmólogos.  “Van a poder (los médicos) hacer un diagnóstico mucho más rápido y menos costoso a sus pacientes. El oftalomólogo nunca tuvo una posibilidad de una herramienta que pueda dar tanta cantidad de datos de manera automática y fácil de usar”, dice Gabriela y resalta el hecho de que lo que antes se medía perceptivamente en el consultorio, ahora se podrá medir de forma exacta con el software.

“Nosotros tenemos un sistema que lo que hace es grabar el movimiento del ojo y nuestro software calcula y le tira un montón de datos al oftalmólogo. Esa tecnología estaba disponible solo en laboratorios para hacer estudios muy complicados y complejos y son muy caros, entonces nosotros bajamos esa tecnología a algo que pueda ser fácilmente usable”, comenta. La idea es que a finales de este año o inicios del siguiente, el producto llegue a al menos 200 consultorios de oftalmólogos en todo el mundo.

La segunda etapa, que es lo que más le interesa a Gabriela, podría estar totalmente desarrollada en 2017 y es la fase en la que se espera que los pacientes puedan acceder a la herramienta a través de una prescripción médica al principio y luego libremente. Para el paciente, esta tecnología podría significar un gran avance porque implica primero que va a poder tener acceso a un diagnóstico mucho más exacto y una herramienta a través de la cual entenderá mejor su cuerpo y lo que le ocurre y, según Gabriela, quien también fue paciente durante muchos años, eso generá “un empoderamiento del paciente”.

“Va a salirle (al paciente), mucho más barato y sobre todo le resolvemos problemas de tiempo y espacio: puede hacer su tratamiento donde quiera, a la hora que quiera, en la comodidad de su casa. Adaptar el tratamiento a sus necesidades y no tener que adaptarse él al tratamiento”, dijo.

El hardware, eye tracker: “Es un barra que se conecta a la tablet o notebook y vos seguís un punto que aparece en la pantalla y abajo está el tracker que tiene dos camaritas que graban los movimientos de tus ojos, no hacemos con cámara web porque nosotros necesitamos mayor cantidad de datos, hoy todavía las cámaras web no tienen la resolución que nosotros necesitamos, pero sabemos que en dos años, esa tecnología muy probablemente va estar en todos los smartphones y entonces si ya va a ser solo software no vas a tener que comprar aparte el hardware”, detalló Gabriela.

Por eso el hardware irá cambiando indefectiblemente, como ya lo señalamos más arriba, pero será de forma positiva, pues no se deberá comprar la herramienta que tiene un precio consirable actualmente. Y también por eso, el énfasis del proyecto está en el software, que es el que permitirá el diagnóstico y posiblemente el tratamiento de algunas enfermedades. Ya para el futuro, Gabriela habla de inteligencia artificial, hacia donde apunta la tecnología, cuando "probablemente un software va a poder decirte si tenes una enfermedad".

El proyecto de Gabriela nació en un laboratorio de ideas en Trento, Italia, durante un programa de capacitación para personas que querían emprender e innovar, para el cual ella fue seleccionada con todos los gastos pagos. Si bien no ganó en ese programa, eso la impulsó a buscar vías por donde desarrollar su proyecto y aplicó a varias aceleradoras, dos la seleccionaron pero tuvo que elegir ir a una, en Dinamarca, ya que allí contaban con la tecnología que ella necesitaba para desarrollar su proyecto. Así llegó a Startupbootcamp, que según comentó Gabriela, es la mejor aceleradora de startup de Europa. A Dinamarca, viajó junto a ella para unirse al equipo el desarrollador paraguayo Rudi Ullón, quien es uno de los principales responsables de lograr el desarrollo del software.

 “Una Startup es una organización temporal que busca un modelo de negocio validado y escalable, no es una empresa todavía, no tiene modelo de negocio fijo, es una organización temporal, se une un equipo y desarrolla algo nuevo”, cuenta y destaca que el emprendimiento debe estar relacionado a la tecnología y la innovación.

Gabriela había ingresado al mundo de los blogs de la mano de un amigo suyo, Eduardo Sánchez, y fue escribiendo para el blog que se adentró en todo el mundo starptup, se dio cuenta de que a través de eso ella podía llegar a hacer algo que impactase en la vida de la gente, como por ejemplo un software en salud.

Del cómo una abogada termina escribiendo en un blog, adentrándose en el mundo de los negocios, y/o desarrollando en innovación tecnológica en Europa, Gabriela dice que no sabe si es una bendición o una maldición, pero le gustan las cosas difíciles, y le gusta poder impactar en la vida de la gente.

“Tengo la bendición y quizás la maldición de que a mí me gustan las cosas difíciles y me encanta resolver problemas sobre todo si con eso siento que voy a tener un impacto en la gente. Y cuando las cosas empiezan a salir y me doy cuenta de lo que podemos hacer con esto y que podemos realmente detectar enfermedades como Alzheimer rápidamente y eso puede significar un cambio en la vida de la persona, a mí eso me apasiona y yo creo que en el fondo es la pasión lo que mueve, me encanta el derecho pero yo sentía quizás que con el derecho no iba a poder hacer tantas cosas o que no iba quizás poder impactar de la manera que con la innovación”, dijo.