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Víctor Álvarez, jefe de Pronósticos de la Dirección de Meteorología, indicó que los sistemas de tormentas que se desatan en esta época del año propician la formación de dos fenómenos de vientos muy fuertes: los tornados y las corrientes microdescendentes. Ambos pudieron registrarse en Caazapá e Itapúa, donde hubo casas derrumbadas y vehículos volcados por la fuerza de los vientos.
Aunque tengan un nombre más técnico y menos conocido, las corrientes microdescendentes son más habituales y serían la explicación de los fuertes vientos que incluso se estima pudieron llegar a 200 km/h. La formación de estos fenómenos no implica que en medio de las corrientes de aire no se puedan originar tornados de baja magnitud, según explicó.
“Uno no puede descartar una actividad tornádica, pero lo que se ve principalmente son corrientes microdescendentes muy fuertes que fácilmente están orillando los 200 km/h”, expresó Álvarez, a la vez de resaltar que en este último suceso, principalmente en Caazapá, los vientos inclusive volcaron vehículos.
“Esos patrones hasta ahora en los sistemas de tormenta no hemos visto; sí que mueve vehículos, pero en este caso tumbó uno”, remarcó. También explicó que existen pequeñas diferencias entre ambos fenómenos: el tornado tiene una fuerzas destructiva más concentrada y genera el efecto de torsión, mientras que las corrientes microdescendentes tienen un grado de impacto más amplio sin que esto reste intensidad.
Un tornado “por ejemplo te puede dejar totalmente destruida una casa y la de al lado quedar totalmente intacta”, explicó el jefe de Pronósticos. Igualmente, expresó que estas tormentas de alta intensidad tendrían que ir siendo cada vez menores en frecuencia para mayo y mermar totalmente para junio o julio, al entrar en un patrón de invierno.