Aunque la muerte llame a tu puerta, podés regalar vida donando tus órganos

En Argentina, todas las personas mayores de 18 años están habilitadas para donar sus órganos automáticamente tras la sanción de la Ley Justina. En nuestro país, tenemos una normativa similar, pero vos ¿te animarías a dar este regalo que salva vidas?

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Recientemente, en Argentina, se aprobó la Ley Justina, que habilita a todas las personas, mayores de 18 años, como donantes de órganos y tejidos, salvo que la afectada se haya negado por escrito antes de morir.

A raíz de esto, se generó un debate en las redes sociales. Algunas personas manifestaban que si uno estuviese habilitado a donar todos sus órganos, no podría ser velado por estar “totalmente mutilado” o, en caso de que cayera en coma, sería desconectado automáticamente.

Otros creen que “donar órganos es regalar vida”, puesto que uno puede dar una nueva oportunidad hasta a ocho personas que sufren de diferentes enfermedades cardiacas, renales, pulmonares, de páncreas o de córneas e, incluso, consideran egoísta que alguien pretenda “llevarse todos sus órganos a la tumba para que solo se descompongan”.

Asimismo, varios individuos sugirieron que la Ley Justina agregue un inciso que exprese que “si uno no es donante, no podrá ser receptor” y, de esa manera, incentivar a las personas para que no expresen su disconformidad.

Para alguien que goza de buena salud es difícil imaginar una vida sin un corazón o riñones. Sin embargo, en nuestro país existen 224 personas en la lista de espera para recibir diversos órganos que, tras consultas con el doctor y numerosos estudios médicos, se enteraron de que sus órganos están dañados y que, en muy poco tiempo, podrían dejar de funcionar totalmente.

En nuestra nación contamos con una ley similar a la sancionada recientemente en el vecino país, solo que para concretar la donación de órganos. Primeramente, se debe consultar con el cónyuge, los padres del paciente o los hijos mayores. Lamentablemente, en la mayoría de los casos, los familiares deciden no autorizar la extracción de los órganos y, en consecuencia, numerosas familias siguen esperando, muchas veces, durante meses y años la aparición de un donante.

La muerte, para muchos, es algo horrible que solo genera miedo, pero ¿que podría ser más lindo que, aún después de la vida, otorgarle a varias personas algo invaluable? Si querés obsequiarle a alguien la oportunidad de “volver a nacer”, podés anotarte en el Registro Nacional de Donantes de Órganos y Tejidos y, de esta manera, alegrar a numerosas familias con el regalo más valioso: la vida.

Por Fiona Aquino (18 años)

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