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Ver capítulos repetidos de una serie y quedar horas frente a la pantalla seguro son las actividades de muchos chicos en estas vacaciones. Los programas de TV son tan variados que sí o sí existe uno favorito para cada persona, pero..., ¿te llegaste a preguntar cómo influye en uno lo que ve en la pantalla a la hora de convivir con los demás?
Aunque tengamos a merced del control remoto varios documentales educativos, la mayoría de los niños y adolescentes prefiere divertirse con "Los Simpson", una serie animada que no proyecta principios ni valores recomendables.
Vale la pena examinar a los personajes principales de la serie de Matt Groening. Homero, el padre holgazán, amante del after office y de las "rubias" bien frías; Marge, la mujer asociada a las actividades de casa. Por otro lado, tenemos a los hijos: Bart, el respondón, maleducado, que solo piensa en hacer travesuras y, contrariamente, Lisa, la niña aplicada, amante de la lectura y de la música que ejecuta un saxofón.
Las situaciones reales de la vida, muchas veces, se pueden observar en los capítulos de la familia de Springfield. El desamor existente entre el esposo y las cuñadas, así como las explotaciones laborales que nacen porque se deben acatar mandatos de jefes como Montgomery Burns, son solo algunas aristas que comprenden cada escena de los personajes amarillos.
El mensaje muchas veces es malo y perjudicial, puesto que tildar de ñoña a una niña aplicada y llegar al extremo de hacerle bullying por las notas perfectas que posee, como el caso de Lisa, o responder a papá con gritos e insultos, como lo hace Bart, no son dignos de copiar/pegar en nuestras vidas. Además, abandonar en un asilo de ancianos al abuelo y buscarlo solo cuando se necesita algo de él es algo que no queda atrás en la lista de contenidos negativos.
Durante los minutos de entretenimiento, la falta de valores inunda cada centímetro del televisor y los niños y adolescentes no tardan mucho en imitar, porque quieren estar "a tono" con lo que ven en la TV. Aunque este tipo de programas sea divertido, ya que reímos al ver la similitud de la labor del jefe Gorgory y la mayoría de los agentes policiales de nuestro país, debemos recordar que, en teoría, esta serie va dirigida a un público adulto.
Entonces, si tus hermanos o primitos te acompañan a ver la tele, convendría que dejes en stop al director de la Escuela Primaria de Springfield, Seymour Skinner, y veas programas educativos, dibujitos o películas que dejen una buena moraleja.
Por Rocío Ríos (18 años)