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Si trabajás o estudiás en la ciudad de Asunción, seguro que conocés de memoria muchos de los edificios históricos que la conforman. Los mismos se encuentran cubiertos, en su mayoría, con capas de pinturas grises y tristes que esconden la belleza y el pasado que guardan en su interior.
Todos conocen el Palacio de López, el Cabildo, la Estación del Ferrocarril o la Casa de la Independencia, que son edificios emblemáticos de la capital. Sin embargo, además de estos, existen otros que son bastante atractivos por sus particulares arquitecturas y relieves.
Según la Secretaría Nacional de Cultura, existen casas antiguas que tienen un valor patrimonial por su estilo, la ornamentación, la historia o por haber pertenecido a algún personaje importante de épocas pasadas. A esta clase de edificaciones se las denomina “Patrimonio modesto”.
Muchas de las casas antiguas no pueden ser refaccionadas, ya que los propietarios deben tener permisos por parte de la municipalidad y pagar montos elevados; por ser edificios históricos, estas construcciones deben tener un tratamiento mucho más cuidadoso por parte de profesionales.
Los extranjeros son quienes admiran la belleza de los descuidados edificios asuncenos, a pesar de que algunas de estas construcciones se encuentran en estado deplorable y necesitan refacciones de manera urgente. Existen aproximadamente 350 inmuebles registrados como patrimonio cultural en nuestra capital.
Si te detenés a observar cuidadosamente los edificios de Asunción, notarás que son bastante particulares o “de época”; muchos de ellos fueron diseñados por arquitectos europeos. Sin embargo, también verás que están muy descuidados, con grafitis, suciedad y, posiblemente, abandonados.
Lastimosamente, muchos edificios son derrumbados para dar lugar a nuevas construcciones, como centros comerciales, supermercados u hoteles. Estos negocios podrían, en muchos casos, adaptarse dentro de las edificaciones originales sin dañarlas.
Es triste notar que muchas de estas estructuras tan ricas en historia y valor arquitectónico sean tan poco tomadas en cuenta. Debemos aprender y fomentar más el cuidado de estos inmuebles tan importantes para el patrimonio cultural del país. Es necesario enseñar a los jóvenes a no destruir estas construcciones, sino a darles el aprecio que se merecen.
Por Divina Alarcón (18 años)