La metamorfosis juvenil pasa de la tranquilidad a una carga de obligaciones

¿Es radical el cambio de un adolescente que pasa de una etapa despreocupada a un montón de responsabilidades? Las nuevas obligaciones resultan pesadas para muchos chicos, pues nadie da un manual auxiliador para enfrentar la dolorosa metamorfosis juvenil.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/BJ6KARQGLVD4FDAO632NQHSC5A.jpg

Cargando...

Al cumplir los 18, no solo tenés mayoría de edad y podés llevar a cabo todas esas libertades prometidas por tu mamá cuando eras pequeño. Ese maravilloso número es una gran introducción a una juventud cargada de responsabilidades que empiezan a llegar una por una, olvidando que tan solo hace un año seguías disfrutando de la buena vida y la poca vergüenza. Ahora no solo vas a trabajar y estudiar al mismo tiempo, sino que ya podés votar, tenés que cubrir tus propias necesidades y enderezar las riendas de tu vida, ¿te suena divertido?

Mientras te entretenés con tus amigos, celebrando que lograron pasar todas sus materias, suena la música de Sech y ya no te importa más nada, solo disfrutar sin disimulo. Sin embargo, otro trago menos dulce te da ese imperceptible paso de la adolescencia a la juventud que, a pesar de no inspirar ningún asombro, está cargado de responsabilidades que antes ni te imaginabas.

“¿Votar? No, gracias, qué garra” y “¿tanto se paga por la luz? Ni siquiera usamos demasiado” son frases que se suman al comentario “irse al súper es más caro de lo que aparenta” y no se despegan del vocabulario juvenil. De la noche a la mañana, estás inmerso en un mundo de obligaciones que no te da tiempo ni para atender tu vida social; vos apenas acababas de optar por la carrera que te gustaría seguir y ya empezás a sentir dudas.

Cuando nos dicen que el tiempo pasa en un abrir y cerrar de ojos, nos parece demasiado exagerado, pero nuestros días están repletos de pruebas que refuerzan esta idea, solo que no podemos verlas porque, bajo nuestra perspectiva adolescente, parecen mínimas. Sin embargo, los gustos que tenemos varían constantemente y, con respecto a la personalidad, vamos adquiriendo o desechando ciertas costumbres; entonces, ¿por qué resulta tan dramático cambiar una total tranquilidad por una actividad diaria?

Aunque estemos acostumbrados a algunos cambios, los privilegios de dormir hasta tarde o faltar a clases resultan inadmisibles para un mayor de edad, pues a pesar de que, hasta el año pasado, seguíamos bromeando con nuestro estado académico, estos últimos cinco meses y medio que faltan para culminar las clases nos dan una cachetada con la realidad que nos espera.

¿Lado positivo? La "libertad" de hacer lo que quieras con tu propio dinero, hasta que llega el "mientras vivas bajo mi techo, hacés lo que yo quiera" de mamá. Definitivamente, la etapa vivida en colegio es la mejor época de nuestras vidas, ya que las obligaciones están bastante alejadas de la rutina adolescente y la única responsabilidad en nuestra mente es estudiar, aunque este no sea un premio consuelo.

Entonces, aprovechá y tomate otro trago de la vida antes de pasar a tu nuevo uniforme laboral, pues tus actividades ya se verán increíblemente alteradas por nuestra no tan maravillosa metamorfosis.

Por Macarena Duarte (17 años)

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...