Salir con prisa de la escuela para ver nuestra serie favorita, ¡qué adrenalina!

Esperar con ansias que suene el timbre y salir apresurados de la escuela para llegar a casa antes de que empiece nuestra serie favorita era la mayor preocupación que teníamos en la niñez. La ansiedad se calmaba una vez que la tele se encendía.

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Dibujos animados como “El pájaro loco” y “Las chicas súper poderosas” eran clásicos que por nada del mundo te podías perder. Sin embargo, más adelante llegaron a las pantallas las novelas de Disney que maravillaron a los chicos y adolescentes frente a la tele.

¿Te acordás de “Casi Ángeles”, “Floricienta” y “Rebelde”? Estas fueron telenovelas aptas para los niños. De todos modos, cuando en alguna escena se aproximaba un beso, mirabas alrededor para asegurarte de que tu mamá no estuviera cerca.

Las chicas anhelaban tener los Convers caño alto que usaban las protagonistas de las novelas. Los muchachos no deberían mentir diciendo que no conocen algunas de estas series, porque a varios les gustaba el look que tenía Giovanni de Rebelde, ¿verdad?

“Patito feo” también causó furor al llegar a las pantallas de la tevé; con este programa, explotamos nuestro talento al bailar, cantar e imaginar que nos encontrábamos en el escenario con Las divinas o Las populares. Algunas niñas coleccionaban las figuritas de esta telenovela y completar la revista era un sueño que no lo lograba cualquiera.

Conseguir que mamá nos comprara las figuritas coleccionables no era fácil, por lo que sacrificar nuestro recreo era el “plan b”. Por medio de los pósters, CD y remeras con los rostros de los protagonistas de las telenovelas, demostrábamos el fanatismo.

En la actualidad, las telenovelas que están de moda son “Violetta” y “Soy Luna”. La historia de las protagonistas también enloquece a las niñas y adolescentes; por eso, en los comercios vemos remeras, mochilas y cuadernos de estas actrices que son una maravilla para las fanáticas.

Ahora que ya somos jóvenes, las preocupaciones son otras y las responsabilidades ya no nos permiten embelesarnos durante mucho tiempo por la televisión. Jamás olvidaremos las series que veíamos cuando éramos pequeños, pues marcaron nuestra infancia y quedarán como un bonito recuerdo en la memoria.

Por Sahori Vallejos (17 años)

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