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La selección paraguaya absoluta de fútbol, la cual nos hacía olvidar malas situaciones políticas y sociales, se encuentra en una etapa crítica de su historia. En los últimos años, nuestra querida Albirroja no ha podido clasificar al último mundial, en la actual eliminatoria está en un puesto no muy favorable. Sin embargo, gracias al combinado nacional de pueblos originarios, recuperamos el orgullo por su extraordinario desempeño y el haber conquistado nada menos que el campeonato mundial, ¡con 63 goles a favor y ninguno en contra!
En estos días, se realizó en Canadá el Mundial de fútbol de pueblos originarios, con la participación de nuestra selección Albirroja indígena. Este equipo nacional dio mucho que hablar, pues en cada partido los futbolistas arrasaron con decenas de goles y buen desempeño; méritos que hicieron que estos deportistas sean admirados por los aficionados de este deporte y se alzaron legítimamente con la medalla de oro y el campeonato.
La Albirroja de pueblos originarios está conformada, en su mayoría, por futbolistas amateurs, quienes hacen un esfuerzo enorme para poder ser parte del equipo. Estos compatriotas dejan el alma en cada partido y sus esfuerzos se reflejan en el gran campeonato que estuvieron haciendo, ya que integran una de las mejores selecciones del torneo que se disputó en Canadá y muchos consideran que este combinado era naturalmente el candidato a llevarse el título.
Por otra parte, quizás el campeonato no sea el más profesional o competitivo, pero lo real es que sirve para un reconocimiento internacional. Este certamen constituye un gran avance para que a estos pueblos originarios los valoricen más, pues, en nuestro país, no existe tanto apoyo para estas comunidades, generalmente, marginadas por la sociedad y el Estado.
El mérito de la Albirroja de pueblos originarios es grande, ya que, con muy poco, ha hecho bastante y está dejando el nombre del país en lo más alto. Por eso, sería lo ideal sentir orgullo por este equipo que supera expectativas y logra objetivos muy importantes, como la consagración en la primera Copa Indoamericana antes y el campeonato mundial ahora.
Estos sufridos compatriotas merecen apoyo y reconocimiento. Con lo hecho anteriormente en el Primer Campeonato Indoamericano y lo que realizan en el actual torneo, los futbolistas de la selección de pueblos originarios demuestran que no van solo para presentarse, sino que, a pesar de los obstáculos, buscaron y lograron consagrarse nuevamente. ¡Fuerza y vamos Albirroja!
Por Joaquín Tandé (18 años)