VIH/Sida, la enfermedad famosa y temida que la ciencia logró controlar

Surgió en los años 80 y desató una tempestad de prejuicios, temores y discriminaciones. El virus de VIH y la enfermedad llamada Sida motivaron mucha polémica, pero la ciencia ha logrado mantener bajo control a las personas que conviven con el mal.

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El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es una infección crónica tratable que ataca al sistema de defensas del cuerpo. La persona afectada por esta enfermedad se vuelve vulnerable a muchas infecciones y puede adquirir el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida).

El sida es la etapa final de la infección por VIH, en donde la persona es afectada por enfermedades oportunistas relacionadas al debilitamiento de las defensas. No hay medicaciones que puedan erradicar este virus, pero sí existen tratamientos que disminuyen la presencia del microorganismo en el cuerpo y evitan el desarrollo del síndrome de inmunodeficiencia.

Este virus es un intruso silencioso, pues las personas con VIH, que no presentan síntoma alguno, son capaces de trasmitir este microorganismo por medio del semen, los fluidos vaginales, la sangre y la leche materna, siempre que exista un contacto directo. El invasor puede ser detectado por medio del test de ELISA, el cual es gratuito, voluntario y confidencial, en varios centros de salud del país.

Según las últimas cifras publicadas por el Programa Nacional de Control del VIH/Sida (Pronasida), se estima que 6290 paraguayos viven con VIH sin saberlo y la transmisión, en el 99 % de los casos, se da por vía sexual. Asimismo, en la tierra guaraní, este virus tiene un rostro joven, pues otro informe de esta institución afirma que más del 50% de las 18.250 personas con esta infección tienen entre 20 y 34 años de edad.

Rock Hudson, dueño de una sonrisa encantadora y eterno galán de las películas, fue el primer actor en manifestar públicamente que padecía el síndrome de inmunodeficiencia. En la noche del 21 de julio de 1985, el artista, que era víctima de constantes rumores acerca de su orientación sexual, se armó de valor y envió a la prensa un comunicado que contenía solo dos palabras: “Tengo sida”.

 

Una de las anécdotas más recordadas del galán fue el polémico beso que dio a su coestrella, Linda Evans, en la serie televisiva “Dinastía”, pues en ese entonces se pensaba que el sida se transmitía por la saliva. Para evitar infectar a su amante ficticia, Hudson utilizó un spray y enjuagues bucales, ya que su enfermedad todavía permanecía en secreto, pero no quería arriesgar la vida de su compañera.

“Si mis palabras pueden ayudar a otros, al menos sabré que mi desgracia tuvo un valor positivo", dijo el actor en uno de sus últimos mensajes, antes de fallecer a los 59 años, dos meses después del polémico comunicado. Durante los años ochenta, década en la que se descubrió esta enfermedad, las personas con VIH vivían entre las sombras, a causa de los prejuicios y la discriminación.

“La peste rosa”, como llamaban despectivamente esta enfermedad, constituía un tabú, ya que la gente atribuyó el origen de esta infección a la comunidad gay de la ciudad norteamericana de San Francisco. Artistas como Rock Hudson, que lucharon contra el sida y, lamentablemente, perdieron la batalla, visibilizaron este problema y lograron dar una luz de esperanza a muchas personas que vivían con VIH.

Predicar con el ejemplo y no solo con palabras es la premisa que el exdirector del Pronasida, el Dr. Nicolás Aguayo, puso en práctica con el fin de concientizar acerca de la discriminación hacia las personas con VIH. Hace más de 20 años, el médico acogió en su seno familiar a las mellizas María de la Paz y María de Fátima, una de las chicas vive con este virus y ambas perdieron a su madre a causa del sida.

Al igual que una de estas mellizas, muchos pequeños adquieren VIH a través de la placenta o la leche de la materna. Según datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), se estima que 2.1 millones de niños, en todo el mundo, viven con este virus y, en Paraguay, el 0,62% de los casos de esta enfermedad se da en infantes menores de cinco años, según el Pronasida.

Por otro lado, la luz de un futuro brillante se enciende en el Hogar Jardín de Esperanza, para varios chiquitos con VIH, pues esta gran familia, que reside en la ciudad de Villa Elisa, acoge a nueve pequeños que viven con este virus y, a pesar de las adversidades, crecen sanamente. Esta organización, sin fines de lucro, sobrevive gracias a la solidaridad y el apoyo de las personas que, como el Dr. Aguayo, luchan por promover la inclusión de los seres humanos con esta enfermedad.

Para aportar al mantenimiento de esta casa, que emana amor y alegría, los interesados pueden realizar donaciones en una cuenta de Visión Banco o enviar giros de dinero a través del celular; todos los donativos van dirigidos a gastos elementales como alimentos y ropa. En el caso de dudas, se pueden realizar consultas a la página de Facebook “Hogar Jardín de Esperanza” o al teléfono (021) 930 561.

Todas las personas que viven con VIH, también tienen sida. Mentira. Según la directora del Pronasida, la doctora Tania Samudio, el sida es la etapa final de la infección por el VIH, pues se llega a este estadío solo cuando el afectado no sigue los tratamientos y las defensas de su organismo bajan, por lo que el paciente se enferma con facilidad.

Los preservativos no sirven para prevenir el VIH, pues el virus es tan pequeño que puede atravesar el látex del profiláctico. Mentira. “Ningún método es 100% seguro en la medicina, pero el porcentaje de prevención en la trasmisión de VIH aumenta, aproximadamente en un 95%, cuando se utiliza preservativos”, afirma la médica.

Los antirretrovirales, medicamentos utilizados en el tratamiento del VIH, tienen efectos secundarios. Verdadero. La Dr. Samudio explica que, al igual que todos los medicamentos, los antirretrovirales tienen efectos adversos; sin embargo, gracias a los avances médicos del área, actualmente, las consecuencias no terapéuticas de este tratamiento se han reducido considerablemente.

Muchos de los prejuicios, que discriminan a las personas con VIH, se deben a la desinformación y el tabú en torno a esta enfermedad. Según argumenta la directora del Pronasida, parte de este rechazo se debe a que el virus, muchas veces, está asociado a “poblaciones clave” como los hombres que tienen sexo con hombres, las personas trans y las trabajadoras sexuales.

El sida apagó para siempre la maravillosa voz de una de las leyendas de la música. El filme “Bohemian Rhapsody”, ganador de cuatro premios Óscar, cuenta la historia de la banda Queen y el legendario cantante Freddie Mercury, quién vivió con VIH y en honor al cual se fundó “The Mercury Phoenix Trust”, una organización que lucha contra este flagelo a nivel mundial.

Por otra parte, la película “El club de los desahuciados” explora la vida de aquellas personas que viven con VIH y sufren el rechazo de sus familiares, a causa de los prejuicios y la desinformación. En esta película, el actor norteamericano Matthew McConaughey se pone en la piel de un vaquero que adquiere este virus tras tener relaciones sin protección con una trabajadora sexual.

En la pantalla grande, la película de los noventa “Filadelfia” rompió esquemas, pues nunca antes un estudio de Hollywood se había atrevido a abordar temas como el VIH y la homosexualidad, dos tabús para la sociedad conservadora de la época. El polémico filme, protagonizado por los estadounidenses Tom Hanks y Denzel Washington, trata acerca de la vida de un joven abogado que adquiere sida y, por ello, es despedido de su puesto de trabajo.

Los despidos laborales de personas con VIH, a causa de prejuicios, no solo ocurren en las películas como “Filadelfia”, pues según el Centro de denuncias de VIH-Sida y Derechos Humanos, entre enero de 2018 y el primer mes del 2019, en nuestro país se registraron diez denuncias de personas que perdieron sus puestos de trabajos por sospechas de esta infección.

La ley establece que ninguna empresa puede despedir a sus empleados por vivir con VIH ni debe exigir a sus trabajadores la realización del test de ELISA. Por otra parte, la confidencialidad de los resultados de este análisis, que también está contemplada por la reglamentación, fue violada 55 veces, según el citado centro de denuncias.

Los afectados, que fueron despedidos por estas empresas, refieren que los empleadores los echaron con el argumento de que no son aptos para trabajar, debido a la adquisición de este virus. Sin embargo, al contrario de los prejuicios, las personas que viven con VIH y reciben tratamiento no tienen inconvenientes para desenvolverse efectivamente en el plano laboral y llevan una vida plena.

El Centro de Consejería y Denuncias de VIH/sida y Derechos Humanos tiene habilitada la línea de WhatsApp (0985) 649 119, donde un equipo de abogados asesora a aquellas personas que viven con el virus y están pasando por una situación de violación de los derechos humanos o discriminación.

Quienes deseen realizarse pruebas de VIH pueden acudir al Pronasida, ubicado en la ciudad de Asunción, sobre la Avenida Venezuela casi Nicasio Insaurralde. Además, los interesados pueden recurrir a cualquier hospital regional, pues estas pruebas son de carácter gratuito, confidencial y voluntario en estos centros de salud.

Reportaje de Agustina Vallena (19 años)

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