Ya que no nos vamos a Rusia, recordemos la hazaña albirroja en Sudáfrica 2010

¡Otro mundial que lo veremos desde afuera! A puertas de la mayor competición del fútbol en Rusia, nuestro único consuelo es rememorar con nostalgia el destacado desempeño de la Albirroja, que quedó entre las ocho mejores selecciones en Sudáfrica 2010.

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Seguí adelante, amigo lector; no te detengas desilusionado por ver la palabra “Sudáfrica”. Estas breves líneas no son una oda al masoquismo por la Albirroja, sino un viaje a aquel recuerdo que marcó la vida de 6 millones de corazones.

Aquel mundial del 2010, que tuvo como sede el exótico continente africano, congregó a todos los amantes del deporte rey. Nuestra querida selección partía rumbo a Sudáfrica sin sonar siquiera entre las favoritas a alzarse con la anhelada copa.

Italia, la actual campeona en aquel entonces, era el primer rival a enfrentar. Aquel cabezazo de Antolín Alcaraz encendió la ilusión; sin embargo, el equipo de Andrea Pirlo igualaba el marcador. Un resultado inesperado, ya que muchos medios de prensa auguraban una inminente victoria de la “Squadra Azzurra”.

¿Qué esperábamos de Eslovaquia? Puro misterio... pero estábamos confiados; era Día del Padre y queríamos festejarlo. Con golazos de Enrique Vera y Cristian Riveros, Paraguay sumaba sus primeros 3 puntos en un partido bastante parejo. Luego del soso empate con Nueva Zelanda de 0 a 0, la Albirró era cabeza de grupo y la poderosa Italia decía adiós al mundial.

Llegamos a octavos, terreno difícil sumado a un peligroso rival: Japón; este fue uno de los cotejos en los que pareciera que Dios se puso la Albirroja. Después de un reñido partido, el marcador finalizaba con el 0 a 0 y, luego del tiempo adicional, se venían los temidos penales. Todo el país se conectó a Sudáfrica desde los colegios, oficinas y plazas.

Queríamos que aquel día fuera eterno. Las lágrimas del Tata y los gritos retumbantes de Haedo se sumaban a la euforia desatada en Calle Palma, en donde extraños se fundían en un fraternal abrazo. Paraguay derrotaba a Japón en la tanda de penales y, con la definición de Tacuara, sellaba su histórica clasificación a cuartos de final.

La selección de España, cúmulo de las estrellas del Barcelona y el Real Madrid, sería nuestro verdugo. Un Paraguay enérgico se enfrentaba a la elegancia de los toques españoles. El inesperado gol de David Villa truncó nuestro sueño y el penal… ¿podemos olvidar esa parte? Digamos que el que lo falló nos dio el pase a cuartos, para no criminalizarlo.

Dijimos adiós al mundial, una despedida que hasta el día de hoy se prolonga; la falta de recambio de jugadores y la ausencia de un entrenador clase A son algunos de los principales motivos. “Soñar es gratis”, dice una popular frase, aunque duele señalar que el futuro de la Albirroja es nebuloso. Qatar 2022 nos espera, ¿reavivaremos la hazaña de Sudáfrica o seguiremos estancados en el fango de la mediocridad?

Por Víctor Martínez (19 años)

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