"cacerolazos"

El asentamiento está ubicado cerca del barrio Belén de la capital departamental. Según los pobladores, en unas tres calles a lo largo de dos cuadras no recibieron ninguna ayuda, desde que se inició la cuarentena. Explicaron que la mayoría se dedica a pequeñas ventas como yuyo, mandioca y frutas, actividades que se paralizaron en las últimas semanas.
Para paliar la situación comenzaron a recurrir a ollas populares pero la comida no alcanza para todos. “La comida no alcanza para todos, hay mucha necesidad en esta zona. Llegaron a hacer el censo y pasaron por estas calles repartiendo mercaderías, pero no llegaron a nuestras casas”, expresó Crisolina Almada, en tono de desánimo. 
Como hasta ahora no recibieron ayuda, este domingo, recurrieron a un cacerolazo para hacer escuchar sus reclamos. Afirman que tampoco recibieron ayuda en la capilla de la zona, denominada Caacupemi. 
Las personas que desean colaborar con estas personas pueden comunicarse al 0982-830-807, con la señora María, una de las vecinas de la zona.
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