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EAST LONDON, Sudáfrica. Al menos 21 jóvenes murieron el fin de semana en extrañas cirscunstancias en un bar informal conocido como “shebeens”, del gueto de Scenery Park. Algunos de los fallecidos tenían solo 13 años. Ninguna de las víctimas tenía heridas visibles.

En los últimos tiempos se vienen repitiendo de manera casi permanente en los hospitales del Alto Paraguay la muerte de personas, entre ellas, niños. Si bien sabemos que deben ocurrir muertes en los nosocomios, lo triste y lamentable es que estos fallecimientos pudieron evitarse, si es que existiesen los recursos sanitarios mínimamente requeridos acordes a estos nuevos tiempos.

Han transcurrido dos años desde que se declaró pandemia mundial a causa del covid-19. En aquel momento parecía un mal sueño del que nos despertaríamos al abrir los ojos. A fin de cuentas, no teníamos memoria reciente de una epidemia global. Los relatos de la gripe de 1918 se remontaban a un tiempo lejano en el que los sufrimientos colectivos eran algo más habituales. Ahora, en pleno siglo XIX, una plaga de dimensiones bíblicas parecía algo sacado de una película catastrofista que habíamos visto pero nos resultaba ajena.

BERLÍN. Por primera vez desde el 21 de septiembre de 2020 las autoridades sanitarias alemanas no reportaron ningún muerto con o por covid en las últimas 24 horas, según datos del Instituto Robert Koch (RKI) de virología publicados la pasada madrugada.

Mónica Valenzuela (20), una humilde y joven mujer, se disponía a ser madre por vez primera, sin embargo la ausencia de un Estado, le privo de esta inmensa alegría que solo una mamá puede sentir.