Ni es ideología todo lo que se dice, ni deja de ser ideología todo lo que reniega de serlo, opina Luis Carmona en este artículo.
Sobre las postrimerías del «marxismo de Hollywood» y Parasite, el oscarizado largometraje del director surcoreano Bong Joon-ho (Daegu, 1969).
Stephen William Hawking (Oxford, 8 de enero de 1942-Cambridge, 14 de marzo de 2018), uno de los físicos más importantes del siglo XX, ha muerto este miércoles a los 76 años.
La producción teórica del psicoanálisis ha marcado profundamente el desarrollo cultural a partir del siglo XX en ámbitos tan diversos como la literatura, la filosofía, la crítica de arte o el cine. El concepto de forclusión es uno de los más influyentes.
El filósofo esloveno Slavoj Zizek cree que hoy más que nunca interesan las grandes preguntas metafísicas porque la tecnología está cambiando lo que significa ser humano.
Tras la refrescante liberación de esa mirada estrecha del sentido común que da por sentado que las cosas existen fuera de la mente por mero hábito, la filosofía parece haber quedado, sin querer, encerrada en un escepticismo exquisito pero claustrofóbico, incapaz de alcanzar ninguna realidad extramental u objetiva. Frente a esto, se buscan salidas y grietas a veces tan brillantes como extrañas. El animal, el psicótico –figuras del encierro en la correlación– o el «acontecimiento» –irrupción de lo absolutamente imprevisible que rompe la cadena causal– están entre las bellas e inquietantes sombras que, invocadas por algunas de las grandes voces del «nuevo realismo», recorrieron la semana pasada corredores y anfiteatros durante el coloquio internacional de filosofía COSAS EN SÍ. Desde París, en exclusiva para El Suplemento Cultural.