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Fuera de todo protocolo, el presidente de la República, Fernando Lugo, completó anoche una apretada agenda asistiendo a la boda de un familiar en Lambaré. Según datos proveídos por la jueza, se trata de su sobrina.
Tras cumplir dos días de intensas actividades oficiales en el Chaco, el presidente de la República, Fernando Lugo, completó anoche su agenda con un compromiso social: la boda de su sobrina Fátima Rojas y de Luis Paciello Lacasa, en el barrio Kennedy de Lambaré.
El jefe de Estado llegó puntualmente a las 20:00 a bordo de una camioneta Nissan Patrol blanca, chapa BCP 402, escoltada por dos camionetas de color negro Ford Explorer, que habitualmente utiliza. Iba sentado en la posición de copiloto, lo cual no es usual por seguridad presidencial.
El vehículo ingresó raudamente al garaje de la vivienda ubicada en la calle Adolfo Rojas Silva 727 c/ Mariscal López donde se realizó la boda y que pertenece a Ana Lacasa, madre del novio. Las camionetas de su escolta quedaron en las cercanías con los guardias.
La novia llegó 25 minutos después a bordo de un BMW gris plateado, sin chapa, adornado con flores naturales y un moño blanco. Bajó del auto en la calle e ingresó sola a la casa. Inmediatamente se escuchó sonido de campanadas y empezó la ceremonia civil.
La decoración se basó en flores naturales y entelado de seda diolen blanca. En el fondo del patio se instalaron dos toldos con enorme despliegue de luces, reflectores y globos de espejos a modo de discoteca. A un lado, había chorros de agua. Del techo pendían arañas y otros elementos decorativos.
La ceremonia civil se realizó en ese ambiente y estuvo a cargo de la jueza de Lambaré, Anselma Campuzano, quien al salir de la vivienda fue consultada por ABC sobre cuál es la afinidad del Presidente de la República con los contrayentes. "La novia es su sobrina", dijo y tomó un taxi para retirarse.
El selecto grupo de unos 70 invitados degustó un exquisito bufé frío y caliente preparado por Negra Manchini. Los platos incluyeron surubí grillé con salsa de camaroncitos y crepes de salmón. También romanitas de surubí con salsa tártara, ensalada suiza y daditos de pollo con salsa de espárragos. De postre había mouse de mburucuyá, pavé, tiramisú y torta de boda. Las bebidas incluían finos vino, cerveza importada, champagne y whisky escocés.
La presencia del Presidente de la República en la boda generó gran revuelo en el vecindario donde mucha gente estaba pendiente de lo que llamaron "la boda del año".
Poco antes de las 23:00 el Presidente se retiró de la fiesta, pero momentos previos se apagaron todas las luces de la fachada y actuaron mariachis.
Se contrató también servicio pirotécnico y fuegos artificiales de "Tata pirirí".
Tras cumplir dos días de intensas actividades oficiales en el Chaco, el presidente de la República, Fernando Lugo, completó anoche su agenda con un compromiso social: la boda de su sobrina Fátima Rojas y de Luis Paciello Lacasa, en el barrio Kennedy de Lambaré.
El jefe de Estado llegó puntualmente a las 20:00 a bordo de una camioneta Nissan Patrol blanca, chapa BCP 402, escoltada por dos camionetas de color negro Ford Explorer, que habitualmente utiliza. Iba sentado en la posición de copiloto, lo cual no es usual por seguridad presidencial.
El vehículo ingresó raudamente al garaje de la vivienda ubicada en la calle Adolfo Rojas Silva 727 c/ Mariscal López donde se realizó la boda y que pertenece a Ana Lacasa, madre del novio. Las camionetas de su escolta quedaron en las cercanías con los guardias.
La novia llegó 25 minutos después a bordo de un BMW gris plateado, sin chapa, adornado con flores naturales y un moño blanco. Bajó del auto en la calle e ingresó sola a la casa. Inmediatamente se escuchó sonido de campanadas y empezó la ceremonia civil.
La decoración se basó en flores naturales y entelado de seda diolen blanca. En el fondo del patio se instalaron dos toldos con enorme despliegue de luces, reflectores y globos de espejos a modo de discoteca. A un lado, había chorros de agua. Del techo pendían arañas y otros elementos decorativos.
La ceremonia civil se realizó en ese ambiente y estuvo a cargo de la jueza de Lambaré, Anselma Campuzano, quien al salir de la vivienda fue consultada por ABC sobre cuál es la afinidad del Presidente de la República con los contrayentes. "La novia es su sobrina", dijo y tomó un taxi para retirarse.
El selecto grupo de unos 70 invitados degustó un exquisito bufé frío y caliente preparado por Negra Manchini. Los platos incluyeron surubí grillé con salsa de camaroncitos y crepes de salmón. También romanitas de surubí con salsa tártara, ensalada suiza y daditos de pollo con salsa de espárragos. De postre había mouse de mburucuyá, pavé, tiramisú y torta de boda. Las bebidas incluían finos vino, cerveza importada, champagne y whisky escocés.
La presencia del Presidente de la República en la boda generó gran revuelo en el vecindario donde mucha gente estaba pendiente de lo que llamaron "la boda del año".
Poco antes de las 23:00 el Presidente se retiró de la fiesta, pero momentos previos se apagaron todas las luces de la fachada y actuaron mariachis.
Se contrató también servicio pirotécnico y fuegos artificiales de "Tata pirirí".