Opción de defenderse o soportar una invasión

SANTA RITA, Alto Paraná. "No pedimos privilegios, queremos trabajar y que se cumpla la ley", fueron las expresiones de productores de San Rafael del Paraná preocupados por la escalada de ocupaciones.

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Las invasiones tienen como fin atacar un modelo de producción.En San Rafael del Paraná, norte de Itapúa, en las inmediaciones del cruce Kimex, se encuentra la propiedad de Ademir Rikly.

Ademir es propietario de 2.500 hectáreas de tierra, parte de una propiedad mayor adquirida del entonces Instituto de Bienestar Rural, actual Indert, en el año 1975.

El señor Rikly heredó la tierra de sus padres, colonos brasileños que llegaron a nuestro país a principios de 1973.

Ademir es de origen brasileño, pero prácticamente toda su vida transcurrió en nuestro país. Tiene 53 años, de los cuales 38 dedicó a trabajar en tierra paraguaya.

Se puede calificar a Ademir como un "brasiguayo", dado que nació en Brasil, pero lleva viviendo más tiempo en Paraguay, donde nacieron sus dos hijos.

Ademir Junior tiene 29 años y Helena Cristina, 25. Ambos son paraguayos y seguirán trabajando la tierra que hoy pertenece a sus padres.

El mayor temor de Ademir es perder su tierra, es lo único que puede dejar de herencia a sus hijos, por quienes trabajó duro a lo largo de su vida en Paraguay. "Es todo lo que puedo dejar a mis hijos, no tengo otra cosa", expresó.

Junior y Helena trabajan con su padre, conocen en detalle la tarea agrícola. Ninguno piensa en vivir en otro lugar que no sea su patria, Paraguay.

"Mis hijos son paraguayos, nacieron en esta tierra y aquí están luchando para salir adelante", agregó.

Las tierras de Ademir fueron invadidas hace 12 años y el título de propiedad expedido por el IBR sufrió una demanda de nulidad por el Estado paraguayo.

Luchar por la tierra

Los Rikly lograron demostrar la validez de sus documentos y ganaron el pleito en las tres instancias judiciales, sin necesidad de apelar a la figura de usucapión para mantener sus derechos sobre la tierra.

Tuvieron que pasar 12 años para que los Rikly lograran desalojar a los campesinos de su propiedad y ahora tienen la amenaza de que los supuestos sintierras de San Pedro volverán a ingresar a la propiedad.

Ademir Junior, ante el riesgo de volver a soportar una ocupación ilegal y desesperado por el debilitado estado de salud de su padre, realizó un llamado a amigos y conocidos de las colonias cercanas, sobre todo del sur de Alto Paraná.

En un par de horas logró armar una lista con 45 nombres de jóvenes dispuestos a ayudarlo a resistir una nueva invasión.

Ademir Junior dejó en claro que no portarían armas de fuego, pero sí garrotes para defenderse de eventuales agresiones.

"Es nuestra tierra y tenemos derecho a defenderla", señaló.

La familia Rikly no quiere perder una tierra que legítimamente le pertenece y está dispuesta a luchar por ella. A lo largo de 12 años mantuvieron un pleito con el Estado. Si ahora el Gobierno no está dispuesto a cumplir con las leyes del país y tolera una nueva invasión, Ademir Junior tiene razón cuando alega su derecho a defenderse del atropello.

Cumplimiento de las leyes

¿Una amenaza irresponsable y violenta? O bien ¿el derecho de defender su propiedad ante la posibilidad de abandono gubernamental?

¿Qué hacer si las instituciones del Estado no funcionan? Esta es la disyuntiva de hierro de centenares de productores del Alto Paraná e Itapúa, temerosos de perder el fruto del esfuerzo.

Ademir Rikly reclama el cumplimiento de las leyes. "No pedimos ningún privilegio, nada especial. La ley tiene que ser igual para todos. Sí reclamamos el cumplimiento de las leyes y que se respete nuestra propiedad, que es absolutamente legítima", dijo.

Agregó que "somos gente de paz, dedicamos nuestros días a trabajar y con el  esfuerzo se beneficia nuestra familia. El trabajo beneficia a todo el país porque aquí es donde vivimos y volvemos a invertir".

Realizó un vehemente llamado en favor de una convivencia pacífica: "Queremos trabajar, pero necesitamos paz y garantía de que se cumplirán las leyes. Es todo lo que pedimos, que se cumpla la ley. Nada más".
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