Este tema de la inseguridad se ha vuelto un verdadero drama cotidiano en Itapúa. Los casos de robos callejeros, hurtos domiciliarios, de tan repetidos ya se han vuelto parte del paisaje. Se suma la violencia doméstica, un síntoma de una grave enfermedad social que nos aqueja, y últimamente se instaló el sicariato, principalmente en una zona que comprende el norte y noreste de Itapúa, cercanos a Caazapá, en una franja de territorio que es algo así como un “corredor” narco hacia la Argentina.
El 22 de abril pasado se recordó el Día Internacional de la Madre Tierra, creado en el ámbito de las Naciones Unidas como una forma de llamar la atención de los ciudadanos del mundo sobre la necesidad de cuidar nuestro planeta, este maravilloso globo azul orbitando el espacio infinito. Nuestra morada común, el único lugar que tenemos donde vivir y que, paradójicamente, nos empeñamos en destruir.
Una interesante y meritoria iniciativa han tomado la diócesis de Encarnación y la Universidad Católica en Itapúa con su Bienal católica 2024, que se desarrollará aquí en mayo próximo. Un foro donde se debatirán temas de acuciante actualidad en nuestro país, desde lo educativo, pasando por lo económico, social, político y, obviamente, el papel evangelizador de la Iglesia.
Una verdadera “reculada” de la soberbia fue el “desnombramiento” en la EBY del hermano del senador cartista Hernán Rivas, Alexis. Según trascendió, el joven fue desvinculado luego de una lluvia de críticas de diferentes sectores, hartos de tanto manejo caprichoso de quienes administran el país.
Es notable cómo en nuestro país somos adictos a repetir nuestros errores, en el ámbito que fuere. Somos incapaces de romper esa inercia en la que estamos atrapados, y que no nos permite despegar. No solamente no podemos despegar y apuntar hacia mejores condiciones y oportunidades, sino que esa inercia nos lleva cada vez más para el fondo.
La garantía de impunidad es la mayor amenaza a la seguridad, a la convivencia pacífica y en libertad de la sociedad. Esa garantía de impunidad envalentona a los bandidos de todos los pelajes. A los matones, a los abusadores, a los corruptos en la función pública, a los piratas que ejercen funciones dentro de los poderes del Estado, en las organizaciones privadas empresariales, educativas, confesionales.
El Ykua San Blas es uno de los íconos de un sector de la ciudad de Encarnación que desapareció como consecuencia de la construcción de la represa de Yacyretá. En 2009, la Comuna lo declaró Patrimonio Histórico Natural y Cultural. Ahora existe una cruzada para su recuperación.
La historia de Encarnación, cuyo aniversario número 409 celebramos mañana, está íntimamente ligada al agua. Su nacimiento mismo se registró durante una travesía por el río Paraná de quien sería su fundador, el misionero jesuita Roque González de Santa Cruz, aquel lejano 25 de marzo de 1615.
La capital del departamento de Itapúa, Encarnación, cumplirá su aniversario número 409 de fundación, el próximo 25 de marzo. Próxima a su cumpleaños, la ciudad no luce precisamente su mejor rostro, y bien le vendría de regalo una actitud más comprometida y responsable de sus habitantes.
Duele decirlo, pero hay que decirlo, como diría un comentarista político de televisión. Aunque “políticamente incorrectas” –y fuerte tufo xenofóbico– las afirmaciones de un diputado argentino, Miguel Ángel Pichetto, respecto de las “migraciones pobres” desde Paraguay no dejan de ser una verdad incuestionable.