Marcador vacío, como el trámite de juego

Un trámite aburrido ofrecieron ambos elencos, carentes de argumentos futbolísticos y recursos técnicos, atentando contra la estética. Hicieron transitar el esférico por los aires, con pelotazos constantes, que en su mayoría no tenían destinatario fijo.

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Ni General Caballero ni Guaireña contaron con un jugador que pueda romper con la monotonía del partido, que se volvió áspero, friccionado y sin un ritmo sostenido por la constantes faltas, además de la doble pausa de la primera fracción por dificultades en las torres de lumínica.

Solo mediante jugadas aisladas el albiceleste pudo aproximarse a la portería local, primero con un disparo de Rojas, y posteriormente un remate a quemarropa de Verdún, ambos intentos encontraron bien ubicado al portero Gustavo Arévalos

La única vía de aproximación del dueño de casa era la pelota quieta. En ese menester sobresale siempre la buena pegada del Walter Rodríguez, quien en la más clara buscó a Clementino, este aplicó el cabezazo a sobrepique, que sacó con el pecho Leandro Finochietto.

En la complementaria, pese a los cambios, los entrenadores no encontraron el factor de desequilibrio en los jugadores de refresco, sobresalieron la firmeza de los defensores para brindar protección a los porteros y mantener el marcador vacío.

La más clara de la segunda fracción fue para el visitante, que generó riesgo desde un lateral de Martínez, que tuvo el despeje fallido de Franco que cayó a la posición de Verdún, cuyo disparo otra vez encontró a Arévalos.