El capitán siente la culpa

Con pasado olimpista, Rodrigo Rojas se ganó el cariño de la hinchada de Cerro Porteño con base en el trabajo, la entrega, y hablando dentro del campo de juego. Ante la ausencia de Carlos Bonet en el equipo, el volante se convirtió en capitán azulgrana.

El sábado tuvo una acción desafortunada que impidió una victoria frente al clásico rival. “Fue un partido en el que los detalles son definitorios y tuvimos la desgracia que fueron contra nosotros”, sostuvo en el Cardinal Deportivo con relación al gol en contra y a la expulsión de un compañero.

Cuando el Ciclón iba ganando por 1-0, llegó el tanto en contra de Rojas. Explicó que tuvo “que arriesgar y me salió mal. Son riesgos que uno debe tomar; esta vez le perjudicó a mi equipo y es inevitable no sentirme culpable”, añadió.

Fue un momento clave del partido que pudo haber contado con cierto morbo por su pasado en Olimpia, pero la hinchada azulgrana le mostró su aliento. “Me hicieron llegar el apoyo y para mí es importante”, comentó el mediocampista.

Por otra parte, Rojas se se refirió a la jugada que involucró a Cecilio Domínguez y Gustavo Mencia dentro del área de Olimpia. “Fue un claro penal”, aseveró. Manifestó que el árbitro Enrique Cáceres no fue “muy coherente. Hago una falta igual y me saca tarjeta amarilla”.

El mediocampista del Ciclón elogió el trabajo de sus compañeros Marcos Riveros y Silvio Torales en esa zona de la cancha. “Son grandes jugadores que se entienden. Ahora recién estamos empezamos a consolidar esa parte del campo debido a los cambios que tuvimos. Es importante que agarren más confianza”, sentenció.