La pesadilla albirroja

El 3 de julio de 2010, tras dos penales fallidos y un gol de “carambola” anotado por David Villa, Paraguay era eliminado del Mundial Sudáfrica 2010 en cuartos de final, lo más lejos que ha llegado hasta ahora una selección de nuestro país en una cita ecuménica a nivel de selección mayor.

Desde ese día, se podía decir que comenzó la debacle albirroja. Habiéndose ganado el cariño de la gente gracias al rendimiento que consiguió con la selección, Gerardo “Tata” Martino anunciaría que seguiría como seleccionador guaraní por lo menos hasta la Copa América.

En la Copa América, dando tumbos, llegamos a la final gracias a empates y más corazón que fútbol. En la final, Uruguay nos superó claramente y se cerró la era Martino.

Después del “Tata”, llegó Francisco “Chiqui” Arce. El joven técnico era el “elegido de la gente” gracias al buen trabajo que realizó al frente de Rubio Ñu.

Pero al profesional paraguayo no le fue bien porque tuvo que encarar el recambio generacional y en su intento de armar un equipo cometió varios errores. Luego de cinco fechas (tres derrotas, una victoria y un empate) lo sacaron.

Llegó Gerardo Pelusso, encargado de darle a Olimpia un título tras una década de sequía local. Al uruguayo le fue incluso peor que su antecesor, pues se mantuvo en el cargo durante siete partidos: cayó en cinco, ganó uno y empató uno.

Entre esos partidos que perdió estuvo la “imperdonable” derrota ante Venezuela jugando de local, una selección ante la que hasta ese momento nos manteníamos invictos en casa.

Esa sucesión de malos resultados nos costó la eliminación de un mundial, algo que no ocurría desde Estados Unidos 1994.

A lo largo de las dieciocho fechas, de 48 puntos posibles la Albirroja pudo cosechar apenas 12. Paraguay sufrió diez derrotas, tres empates y solo tres victorias, la peor campaña desde que se implementó el sistema de todos contra todos.

Colombia le puso el toque final a la pesadilla albirroja, despidiéndonos con una derrota ante un estadio casi vacío.