Muerte súbita en Italia

El mediocampista del Livorno, Piermario Morosini, murió ayer tras sufrir un ataque cardíaco durante un partido de la Serie B italiana que su equipo jugaba en Pescara. Tras la confirmación del fallecimiento del jugador de 25 años, los encuentros de todas las divisiones fueron suspendidos, anunció la Federación Italiana de Fútbol (FIGC).

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Inmediatamente tuvo que ser socorrido por los servicios sanitarios presentes en el estadio Adriático de Pescara, que le practicaron un masaje cardíaco con un desfibrilador y posteriormente lo trasladaron en ambulancia al hospital en paro cardíaco.

Una vez en el servicio de urgencias del centro hospitalario de Pescara se le puso bajo coma farmacológico para aplicarle un estimulador externo, pero el jugador no pudo superar la crisis y falleció minutos después.

El incidente provocó un gran impacto entre los compañeros de equipo del centrocampista y obligó a suspender definitivamente el encuentro entre el Pescara y el Livorno, que marchaba en el momento de la interrupción con una ventaja de 2-0 a favor de los visitantes.

“Me miró a los ojos cuando entró al vehículo”, afirmó el delegado del Pescara, Danilo Iannascoli. “Morosini cayó, trató de levantarse pero volvió a caer. Nuestro masajista se dio cuenta de lo que estaba pasando” , añadió el directivo.

Morosini, formado en el Atalanta de Bérgamo y después en el Udinese, llegó al Livorno en enero. El centrocampista había realizado la mayor parte de su carrera en la Serie B (segunda división). Solo había jugado cinco partidos en Serie A con el Udinese en 2005/06 y fue sucesivamente cedido a formaciones de Serie B, en Bologna, Vicenza, Reggina, Padua y Livorno.

Piermario tuvo una vida marcada por las tragedias. Perdió a su madre cuando él tenía quince años, a su padre dos años después, y a su hermano pocos años más tarde, por lo que había vivido con su hermana.

Luego del trágico suceso, los medios informativos empezaron a recordar las muertes súbitas registradas en el fútbol, entre las que aparecen las de los paraguayos José Roberto Rodas en 2003, cuando arbitraba un partido amistoso del Olimpia; en el 2007, el volante Sixto Rojas falleció luego de un malestar en pleno entrenamiento de Trinidense; en 2009, Víctor Hugo Ávalos, en ese momento ya retirado del profesionalismo, perdió la vida tras jugar un partido de fútbol aficionado y el hecho más reciente se registró en enero de este año, cuando el ex árbitro, Eulogio Seraffini, murió cuando conducía un juego amateur en Villa Elisa. El juez se comprometió a dirigir siete lances, falleciendo en el sexto.

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