Brasil, una oportunidad para Paraguay

La reducción de los precios internacionales de los commodities está afectando a los países de la región, hecho en el cual Brasil es el país que más está sufriendo debido a esta situación, dijo anoche Almeida Paiva, quien también se desempeñó como ministro de Trabajo durante el gobierno de Fernando Enrique Cardoso.

Fue durante una conferencia organizada por el Club de Ejecutivos del Paraguay en el Carmelitas Center, donde se habló del contexto macroeconómico del Brasil y su correlación directa nuestro país y América Latina. El experto fue acompañado por el exministro de Hacienda de nuestro país, Germán Rojas.

Brasil tiene tres desafíos fundamentales: en el corto plazo debe manejar con cuidado la inflación y la política fiscal que si bien lo hace en la actualidad, no es suficiente. En el mediano, debe enfocarse en infraestructura, para que en los próximos 5 a 10 años logre un mayor impulso económico. Finalmente, debe aumentarse su productividad con mayor inversión en tecnología, indicó.

El flujo comercial entre Brasil y Paraguay podría debilitarse, ya que los agentes económicos del Brasil podrían comprar menos desde el mercado paraguayo, indicó Almeida Paiva. Quizás esa situación represente un desafío para el Paraguay y un foco de atención. Sin embargo, este momento de Brasil podría representar también una oportunidad para Paraguay, que debería estar muy atento para identificarlo y aprovecharlo, prosiguió. Los mercados desatendidos por Brasil podrían representar justamente esa oportunidad, entiende el exministro de Fernando Henrique Cardoso.

En otro momento, dijo que Brasil, como una economía grande (unos 200 millones de habitantes) difícilmente pueda tener una visión completa sobre Paraguay. Empero, existen varios sectores de la economía brasileña donde Paraguay tiene una imagen positiva, porque está creciendo por encima del promedio de la región. Ese desempeño puede ser considerado como un atractivo para la radicación de capital brasileño, dijo.

Cabe recordar que el FMI volvió a recortar su pronóstico sobre la economía de Brasil, la séptima del mundo, y estima ahora que tendrá una contracción de 1% este año, contra una expansión de 0,3% prevista en enero.