Contrabando de aceites acapara 60% del mercado, denuncia Cappro

De acuerdo con lo explicado, las industrias locales que producen aceite para el consumo están en condiciones de satisfacer el 100% de las demandas; sin embargo, solo llegan a abastecer cerca del 40% junto con las importaciones, ya que lo demás es atendido por productos que ingresan ilegalmente al país, principalmente desde Argentina.

De acuerdo con lo explicado, existe una gran distorsión del precio del aceite argentino por el tipo de cambio, que favorece considerablemente el contrabando. De hecho, mientras que a nivel local el producto se ofrece a alrededor de G. 17.500 el litro, en el país vecino se encuentra 50% más barato. “Nosotros los industriales no podemos competir con ese diferencial enorme de la variación cambiaria y lastimosamente los controles no funcionaron”, acotó.

Reconoció que hubo un intento por parte del Ministerio de Industria y Comercio (MIC) de frenar el flagelo; se hizo “mucho ruido” uno o dos meses, pero no se obtuvo el resultado esperado, ya que “después continuó campante” el ingreso ilegal de productos.

“Este sector es tremendamente castigado por efecto del contrabando y yo diría que tiene el 60% del mercado”, afirmó Sosa.

Añadió que además de la obligación del Estado de proteger la industria local, también debería haber una conciencia ciudadana al respecto, ya que este flagelo se traduce en “pan para hoy y hambre para mañana”.

Comentó que las fábricas aceiteras tuvieron que extremar recursos para mantener al personal en 2014 y no tener que despedirlos por falta de trabajo. “Algunas tuvieron que parar algunos turnos, operar menos horas, de manera a ajustarse a la baja demanda del mercado, ya que al caer las ventas se tuvo que reducir actividades en las plantas”, acotó.

De acuerdo con lo subrayado, esto es algo que el consumidor debe tener en cuenta a la hora de pagar por un producto de contrabando, ya que al perjudicar la industria nacional, sale afectada la mano de obra, que finalmente es la que lleva salarios a las familias. “Se daña a muchos trabajadores, eliminando puestos de trabajos formales”, sostuvo.

En tal sentido, apuntó que el salario promedio en una industria es al menos 65% mayor que el sueldo mínimo oficial y, además, el personal recibe numerosos beneficios que no tienen en otro tipo de empresas.

El impacto de este tipo de inversiones en la economía “es tremendo”, según lo destacado, ya que ciudades enteras se desarrollan cuando hay una industria. “Por eso debemos tratar, por todos los medios, de proteger nuestra industria. A eso debemos apuntar”, finalizó.

Formalizan la economía

Las industrias contribuyen a la formalización y el crecimiento de la economía, resaltó el titular de la Cappro.

Añadió que las mismas necesariamente se ciñen a todas las normas legales, ya que no tienen otra forma de trabajar; además, son las que más fiscalización tienen desde los puntos de vista ambiental, tributario y laboral, puntualizó.