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El editorial de ABC del 2/03/13 “Debe terminar la tolerancia con los bandidos de uniforme” dice “todo indica que es fortísima la vocación delictiva de muchos de los que deberían proteger la seguridad y los bienes de las personas”. Se refiere “a la última exitosa acción delictiva” realizada por algunos componentes de la Policía Nacional quienes despojaron y se repartieron unos 1.850 millones de guaraníes que un empleado infiel guardó.
Las acciones delictivas más provechosas son acciones conocidas por todos, pero no investigadas por el alto nivel que tienen los supuestos responsables y los que los defienden. Uno lee en la prensa lo de los helicópteros adquiridos para las dependencias del Ministerio del Interior. La cena de IPS con sus proveedores, los alimentos vencidos y otras perlas. El de Petropar, campeón del derecho a la réplica, imputado por el Ministerio Público, sigue atornillado a su silla mediante el que prometió tolerancia cero a la corrupción, quien pidió alguna vez la destitución de Camilo por estar este imputado. En el caso de Petropar inclusive se trasladó al fiscal de la causa días antes de que el imputado se presentara al llamado de la ley.
El lago Ypacaraí, lo de las paladas iniciales que quedan parece en iniciadas, las empresas que participan de una licitación para trabajos solicitadas por entes del Estado deben dicen abultar un 10 por ciento su costo real, así que gane quien gane, entrega lo abultado, o deben dejar un alto porcentaje al recibir adelantos para inicio de la obra. Los empedrados chinos, las aduanas, Detave no tiene una sola lancha para controlar el contrabando, puertos clandestinos, jueces, fiscales corruptos, transporte de pasajeros, drogas, obras inauguradas sin terminar o a los seis meses llenas de baches, escuelas en condiciones desastrosas.
Termino porque sería muy largo. Donde no hay corrupción, como dice el Sr. Daniel Codas, pocos (por no decir nadie) quieren modificar la corrupción, el clientelismo, el prebendarismo, estimulados por los gobernantes y tolerados con complacencia por la sociedad. El paraguayo tiene vergüenza, incapacidad o miedo para defender sus derechos. ¿Qué me dicen del Mercosur y Unasur? Si somos tolerantes, transigentes, condescendientes, sin firmeza. ¿Qué me dicen del TSJE?
Cándido A Chamorro R.
La muerte de los árboles
Salve a Asunción: no corte árboles. A pesar de todos los beneficios de los árboles, la Municipalidad de Asunción los corta impunemente ante la pasividad de la autoridad de aplicación de la Ley, la Seam. De acuerdo a la Ley 294/93, la Seam es la institución estatal que tiene la misión indelegable de cuidar el medio ambiente. Para ello otorga licencias ambientales o planes de control ambiental, donde establece las medidas de mitigación que eviten el deterioro ambiental.
Pero en Paraguay todo se hace al revés, se establecen las Leyes para ser interpretadas interesadamente, ante la total inacción del Estado; en este caso, ante la pasividad, la ineficiencia y la corrupción de la Seam. La aplicación de cualquier resolución, ordenanza u otras disposiciones relativas al medio ambiente que sustituya a la Ley 294/93 es inconstitucional.
Justamente por este desconocimiento, por el clásico ñembotavy paraguayo o por refulgentes moneditas, unidades ambientales fantasmas, asumiendo funciones de la Seam, dieron muerte por envenenamiento al lago Ypacaraí. Las municipalidades del área de recarga del lago, ante la vista gorda de la Seam, se otorgaron la potestad de autorizar el vertido de cloacas, osamentas de carnicerías y frigoríficos, desechos hospitalarios, efluentes llenos de grasas y gasoíl de las estaciones de servicios, líquidos altamente cancerígenos de las curtiembres, guarapos furtivos de CAPSA, etc. sin ningún estudio de impacto ambiental.
De la misma manera morirán los árboles de Asunción. La Municipalidad de Asunción, ante la vista gorda de la Seam, se otorga la potestad, mediante simples órdenes escritas de Piccinini, Servián, Rodríguez y otros adláteres de la Dirección de Medio Ambiente, de cortar sin ningún estudio de impacto ambiental, 20 árboles centenarios de lapacho, kurupa’y, ybyrapytá, cedro, ybyraró, etc. en un predio de 4.055 m2 perteneciente a Ali Ismael Tarbine, en Dr. Centurión y Teodosio González, del barrio Vista Alegre. Quedan otros 6 árboles en pie que también serán derribados, porque, según estos “expertos” de la unidad ambiental municipal, ya se estableció la medida de mitigación que solucionará todos los problemas (consuelo defendido por charlatanes): Se cultivarán 30 arbolitos en la vereda.
Si todo marcha bien, y suponiendo que tengan el debido cuidado en los 30 años de crecimiento, la recuperación de estos gigantes de la floresta paraguaya se producirá en el año 2043, cuando ya se hayan extinguido las aves, las abejas polinizadoras y los mamíferos, reptiles, insectos, etc. que tienen como morada a estos árboles hoy cruelmente derribados; o cuando suframos de enfisema por falta de oxígeno y de los acuíferos solo queden un bello recuerdo.
Claudelino Cabrera Mongelós