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“El reconocimiento de si una población genética es o no una raza, actualmente es potestad de la ARP, un gremio ganadero que representa a un grupo de propietarios de animales, que posee la mayor cantidad de ganado”, dijo el Ing. Roberto Martínez, en el marco de las conclusiones del Simposio Iberoamericano sobre Conservación de Recursos Zoogenéticos.
Martínez destacó que hay cerca de 100.000 ganaderos que poseen menos de 50 animales cada uno, razón por la cual no pueden ser socios de la ARP, y que en algunos casos poseen poblaciones genéticas que podrían ser reconocidos como razas, no solo en vacunos, sino también en ovinos, cerdos, burros, aves, equinos y otros.
“El registro de razas criollas está suelto, y eso constituye un valor muy grande para el país, porque en varios ecosistemas del territorio nacional, durante décadas, se han desarrollado poblaciones genéticas que, según parámetros científicos investigados por el CEMIT/ UNA, con marcadores moleculares, ameritan reconocerlas como razas, como el Criollo del Pilcomayo, el kure saite, cabras criollas de Pdte. Hayes, ovejas del Ñeembucú, etc.