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En lo atinente a la cantidad que la EBY provee a la ANDE, la tendencia a la baja se consolidó al contraerse en un 10,85%, de 14.649 MWh a 13.238 MWh.
En otras palabras, en el primer semestre de 2018, el mercado argentino llevó el 97,65 de la producción acumulada del complejo hidroeléctrico paraguayo/argentino, en tanto que la ANDE retiró el 2,35% restante.
Reiteremos que la ANDE trajo de Yacyretá en junio último 1.411 MWh menos (1 MWh = 1.000 KWh) que en mayo pasado, una suerte de confirmación de la política de subaprovechamiento de la usina paraguayo/argentina por parte de la actual administración de la empresa eléctrica estatal nacional.
Si en nuestras observaciones optamos por los porcentajes, señalaremos que en junio de este año, la estatal retiró de Yacyretá el 1,03% de todo lo que generó en ese mes, contra el 0,96% que registró en mayo pasado, sencillamente porque en junio la central paraguayo/argentina produjo un 15,82% menos que en mayo.
Si ajustamos nuestro enfoque sobre la “cesión de energía paraguaya al sistema argentino, concluiremos que 641.029,5 MWh de la producción de junio pertenecen a la República del Paraguay, por consiguiente, si la ANDE retiró 13.238 MWh, concluiremos que en junio “cedimos” 627.791,5 MWh, o sea el 97,9% de la energía paraguaya en Yacyretá.
La “cesión” no es igual a venta en esta insólita ecuación que aceptaron nuestros gobiernos de turno en las binacionales, sino una entrega obligatoria a nuestro socio, al que el Art. XIII del Tratado confiere solo el derecho a la “preferencia”.
La “compensación” por la “cesión” es, en los papeles, de US$ 8,7/MWh, pero en la práctica, al menos en todo el 2017 y en estos seis primeros meses de 2018, es “0”, que aún dura la morosidad argentina con la República del Paraguay.