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El doctor Raúl Ántola, directivo de la empresa, dijo que están derivando a lugares seguros 1 millón 500 mil metros de tela: tejidos crudos y productos terminados, como telas, edredones, sábanas, artículos para la mesa. En cuanto a las máquinas, mencionó que serán desmontadas para su protección, si el nivel del río llega a crecer otros 30 centímetros más.
Ántola aclaró que aquellas máquinas de grandes dimensiones, que sean imposibles de mover, serán protegidas adecuadamente en el lugar en el que se encuentran.
Se espera que se estabilice el nivel del río y próximamente empiece a descender. Eso evitaría la suspensión de las actividades en algunas secciones de Manufactura de Pilar SA y otras empresas cuyas instalaciones están ubicadas en zonas inundables de Pilar.
En las riadas anteriores, la firma textil adoptó medidas similares, lo que permitió proteger los equipos y productos de la planta fabril. Esta vez, el complejo textil tiene como aliado para la defensa al dique que lo rodea.
Lamentablemente, el muro que defiende a la fábrica es uno de los más frágiles del sistema de defensa, a pesar del muy elevado costo que implicó su construcción y reparación. Se sostiene gracias al esfuerzo y la valentía de centenares de voluntarios que se unieron y acudieron ante el riesgo existente.
El empresario textil Guillermo Caballero Vargas afirmó que tras las vacaciones el inicio de las actividades laborales estaba previsto para el 11 de enero, pero en estas condiciones será muy difícil. De producirse la bajante, las tareas podrían reanudarse la semana posterior, significó.