Banco Vaticano cierra cuentas

CIUDAD DEL VATICANO (EFE). El Instituto para las Obras de Religión (IOR), el “Banco del Vaticano”, dice haber entrado en una fase de “transparencia” y sigue cerrando cuentas de clientes cuyos intereses entran en conflicto con sus objetivos mientras permite a la prensa conocer sus instalaciones.

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Esas cuentas con otros clientes, sobre cuya identidad el órgano vaticano mantiene silencio, “están en proceso de finalización”, según dijo el portavoz del IOR Max Hohenberg, quien explicó durante una visita al banco que el instituto analiza actualmente “qué tipo de servicios debería proporcionar”.

Este será uno de los objetivos de la conocida como “segunda fase” en la reforma del banco, una institución que en el pasado fue vinculada con escándalos como la quiebra del Banco Ambrosiano, ocurrida en los años 80 del pasado siglo y sobre la que el Vaticano admitió luego una “implicación moral”.

Hace unos días asumió su dirección a tiempo completo el empresario francés Jean-Baptiste De Franssu, con el propósito de pilotar la “ transición pacífica” del IOR, como la definió el prefecto de la Secretaría de Economía, el cardenal australiano George Pell, “de facto” ministro de Economía de la Santa Sede.

Alojada en el torreón de Nicolás V, una construcción circular adosada al Palacio Apostólico, las dependencias del IOR eran hasta hace bien poco tiempo solo accesibles para quien tenía una cuenta con el banco, pero ahora comienzan a abrirse también a la prensa.

La reforma del IOR es uno de los aspectos esenciales de los cambios introducidos por el papa Francisco en la gestión de las finanzas vaticanas, una tarea que implica el reto de arrojar luz sobre actividades vinculadas frecuentemente en el pasado con oscuras tramas de defensa de intereses objeto de numerosos libros.

El balance del IOR da cuenta de que a fecha 31 de diciembre de 2013 tenía 17.419 clientes, de los cuales 5.043 eran instituciones católicas.

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