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“Yace aquí Miguel de Cervantes Saavedra 1547-1616”, reza el encabezado de la placa conmemorativa del sepulcro inaugurado ayer, que incluye unos versos de su obra “Los trabajos de Persiles y Segismunda”: “El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir”.
Casi tres meses después del hallazgo de los vestigios de Cervantes, su esposa y otras personas enterradas en la iglesia primitiva del convento –ubicada en un punto distinto al actual–, se inauguró ayer el monumento.
En su parte visible, el sepulcro consta de una placa de piedra caliza de 1,6 metros de altura y 1,2 de ancho sobre un soporte tallado en granito que está ubicado a la izquierda de la puerta de entrada de la iglesia.
Tras ella, en el interior, se encuentran tres urnas depositadas en una hornacina que contienen los restos de la cripta de la antigua iglesia, donde el equipo de investigadores, arqueólogos e historiadores ubicó los restos del escritor.