A tres años de la ejecución de policías

CONCEPCIÓN (Enviados especiales y corresponsal). Hoy se cumplen tres años de la ejecución de dos policías de la FOPE en un monte de Kurusu de Hierro, donde fue localizado uno de los principales campamentos del EPP.

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Los suboficiales ayudantes de la Fuerza de Operaciones Policiales Especiales (FOPE) Lilio Ramón Giménez Dávalos y Carlos César Cardozo Santacruz, ambos de 23 años, cayeron abatidos en un área boscosa del barrio San Roque de Kurusu de Hierro, donde el primer anillo de la banda armada había instalado su nuevo campamento, a 25 kilómetros de la última guarida desmantelada de los secuestradores un mes antes, el 21 de abril de 2010, dentro del predio de la estancia “Santa Adelia” de Arroyito, donde fueron también asesinados un policía, un capataz y dos peones.

Los policías Giménez y Cardozo integraban una columna a cargo del comisario Elizardo Rojas, entonces titular de la FOPE, y tenían la misión de cercar el área donde agentes de Antisecuestro habían localizado el punto exacto donde estaban refugiado los secuestradores.

Negligencia criminal

Los policiales que estuvieron afectados a la investigación dijeron que el operativo contra el EPP debía realizarse con la presencia de los agentes que operaron en el área de inteligencia, pero los comandos recibieron la orden de ingresar antes al monte, sin esperar al resto del contingente.

Fue así como, sin orientadores, los de la FOPE avanzaron solo unos pocos metros del camino rural, hasta que se desató un gran tiroteo. Lilio Giménez y Carlos Cardozo, los punteros del grupo, cayeron abatidos con disparos en la cabeza al ser emboscados por los miembros del EPP, quienes además tuvieron tiempo de darles un tiro de gracia a cada uno y de robarles sus equipos tácticos y armamentos.

Para cuando los demás tiradores de la Policía se animaron a avanzar hacia la ubicación de los dos suboficiales, estos ya estaban muertos y saqueados.

Recién una vez que llegaron los refuerzos con lo que precisamente debía llevarse a cabo la incursión, el grupo se adentró en el monte y halló otro campamento del EPP, donde había armas, municiones, computadoras, cámaras con fotos, celulares, prendas y hasta el botiquín de los criminales, quienes habían huido con lo que tenían a mano.

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