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Respecto a las armas incautadas en el poder de su esposa, primeramente indicó que al ser agente particular de la Senad, cuenta con autorización para portar armas de grueso calibre. Además, recalcó que las 42 armas y municiones incautadas eran de su “colección particular”. “Es más, estaban expuestas en mi propia oficina y tuve que llevarlas a mi hogar cuando me desvinculé de le empresa. Todas están registradas a mi nombre, inclusive la Uzi que entró legalmente en el 2006”, enfatizó.
Sobre la pistola ametralladora 9 mm con silenciador y serial borrado, dijo no “reconocer su propiedad” y dio a entender que tranquilamente pudo ser “plantada” durante la intervención.
“La Dirección de Automotores de la Policía Nacional, en un procedimiento totalmente irregular, donde obligaron a mi esposa y a mi hijo de 8 años a salir de nuestro departamento con la camioneta para que ‘caigan’ en la vía pública y los tuvieron en un calabozo por más de 7 horas, sin comunicarse, sin agua ni posibilidad de ir al sanitario, procedió a abrir las armas sin control alguno, por lo que estuvieron fuera de la visión nuestra”, concluyó.