Policía contó de qué manera dinero de Prosegur fue robado dos veces

El suboficial Pablo Díaz Cuevas, quien cumplía servicio en la comisaría de Ñemby y está procesado en el caso Prosegur, relató detalladamente a la fiscalía cómo se apropiaron del dinero que había robado un funcionario de la firma asaltada. Además reveló cómo los jefes policiales posteriormente lo despojaron del dinero, que hasta ahora no aparece.

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1. Díaz relata que en los primeros minutos del 21 de febrero descansaba en el dormitorio del comisario Joni Díaz, en la sede policial de Ñemby, cuando recibió el llamado del oficial Hugo Vigneaux, también de la misma unidad, quien le comentó que en este momento estaba con el oficial Hernán Zelaya.

Le señaló que querían hacer un procedimiento y posteriormente lo buscaron de la comisaría en un Chevrolet Corsa de 4 puertas, era de un color oscuro.
Zelaya se identificó como un oficial de Investigaciones que indagaba el caso Prosegur y que tenía una informante en la zona de Pa’i Ñu de Ñemby.

Le pidió que se lo apoye con una patrullera de la comisaría. Fue así que incorporaron a una patrullera en la cual estaban el oficial Yony Mereles y el suboficial Antonio Alcaraz.

Luego se dirigieron hasta la casa de Basilicio González, y antes de llegar el informante de Zelaya le dijo que a esa vivienda había ingresado Carlos González, hijo del propietario, implicado en el robo de los G. 1.850 millones de Prosegur, ocurrido dos días antes.

Los policías llegaron hasta la casa y fueron recibidos por el propietario, quien les aseguró que su hijo había ido hasta la comisaría de Arroyo Seco para entregarse.

Zelaya y Vigneaux entraron a la casa. “Pude visualizar a Hernán Zelaya entrar en una de las habitaciones donde empezó a revisar los distintos muebles que había dentro y vi a Vigneaux entrar a otra pieza donde el mismo también estuvo revisando el interior de esta. Asimismo, ambos fueron al fondo del inmueble revisando el patio haciendo el uso de linternas, luego del fondo llega Vigneaux junto a mí, que me encontraba hablando con el señor, y empieza también a hablar con el señor preguntándole la situación de su hijo, y en ese momento el señor, dueño de casa, me dice indicándome por Zelaya que este había encontrado algo, me expresó: ‘nde compañero otopáma (tu compañero ya encontró) algo’ y que ya salió corriendo hacia la calle, yo no me percaté, porque entiendo que pasó detrás mío, pero en un instante luego escucho que arranca la patrullera y va hacia donde estaba estacionado el vehículo de Vigneaux. Le pregunto a Hugo, que aún permanecía cerca mío, el motivo por el que salió de ese modo Zelaya”, explicó.

Entonces Díaz fue con Vigneaux a la casa de Zelaya. “Al llegar vemos a este en su patio, nos hace una seña para que nos acerquemos hasta su portón, bajamos del vehículo y en ese momento Zelaya entrega un bolsón de color oscuro, tipo mochila, a Vigneaux expresándole a este que sostenga dicho bolsón y que suban al auto. Mientras eso hacíamos, Zelaya salió a la calle junto a nosotros y también abordó el automóvil Vigneaux junto con nosotros, apenas se subió al auto tomó el bolsón, lo abrió y nos exhibió que en el interior había alguno fajos con billetes y expresó: ‘jaha jajorrepartí kóa’ (vamos a repartirnos esto)”.

2. El momento de la repartija del botín

Luego de que el oficial Hernán Zelaya mostró el dinero robado de Prosegur y le dijo que se repartirían, fueron hasta cinco cuadras de la casa de este policía.

El suboficial Pablo Díaz cuenta: “Vigneaux paró la marcha del auto mientras que Zelaya tomó los fajos de dinero, a mí me entregó un fajo bastante grueso que tenía billetes de 100.000 guaraníes, lo mismo hizo entregando otro fajo a Vigneaux, otro al informante, mientras que Zelaya quedó con la mochila citada en cuyo interior pude notar que había otros fajos más, todos de 100.000 guaraníes. En ese grupo también estaba el informante. Quiero señalar que en todo momento Zelaya expresaba que esta situación dada quedara entre nosotros, que nadie más sabía de lo ocurrido. Zelaya y el informante quedaron en ese lugar e ignoro qué hicieron después, yo me retiré con Vigneaux, nos fuimos hasta su casa, ahí Vigneax me hizo entrega de un bolsón para guardar el dinero”, refirió.

Díaz cuenta que al llegar a la comisaría fue hasta su auto, tomó un termo y guardó el fajo de dinero que le dio Zelaya. “Lo guarde en mi ropero bajo llave asegurado con candado, aclaro que no conté la cantidad de dinero que se me había entregado”, dijo.

3. Si entregaban, no iban a ser delatados

El suboficial Pablo Díaz indicó que el sábado a la mañana fue convocado por el subjefe de la comisaría de Ñemby, Joni Díaz, junto a Antonio Alcaraz y Yoni Mereles. En ese momento ya corría internamente la información de lo ocurrido.

“El comisario Díaz insistió sobre su pregunta acerca del procedimiento de la madrugada del jueves, del que ya tenía conocimiento pleno, como así mismo el jefe de comisaría, Crio. Ppal. Osvaldo Ayala; y el jefe de Orden y Seguridad, Crio. Ppal. José Amarilla, mencionó que estos dos últimos estaban reunidos en la Academia de Policía a esas horas y que le mencionaron a él para que nos pongan a conocimiento de que lo ocurrido no trascendería, que internamente solucionarían ellos el problema pero para ello teníamos que hacerles entrega de todo el dinero que se había recuperado en esa madrugada del jueves 21 de febrero; a partir de ese momento le expresamos al Crio. Díaz que el procedimiento estaba a cargo de Zelaya y que traeríamos todo el dinero que se nos entregó”, declaró Díaz.

4. Aparecen en escena los jefes policiales

Pablo Díaz y Yony Mereles entregaron el dinero en la tarde del sábado. La cita fue a dos cuadras de la comisaría. “El Crio. (Joni) Díaz llegó caminando, subió a mi automóvil en el asiento trasero y nos fuimos hacia Capilla del Monte. En el trayecto le entregamos Mereles y yo al Crio. Díaz los fajos de dinero que habíamos recibido ese jueves a la madrugada. Él se puso a contar el dinero y luego nos dirigimos con dirección a la comisaría. En ese trayecto, el comisario Díaz mencionó que el jefe de orden y seguridad ya le estaba esperando en la comisaría de Ñemby. Pude notar que él hablaba en su celular con un superior; Mereles descendió de mi auto en el camino y al Crio. Díaz lo trasladé hasta la esquina de la comisaría donde él bajó y yo me retiré, pero retorné a la comisaría a las 22:00 horas”. Añadió: “En ese momento pude notar que en la comisaría se encontraba el jefe Osvaldo Ayala, mientras que el Suboficial de guardia Emigdio Aguayo me confirmó que esa tardecita del sábado estuvo por la comisaría séptima el Crio. Ppal. José Amarilla”.

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