Amplia oferta de textos escolares para el sector educativo privado

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¿Cómo, quién y con qué criterios se eligen los libros que utilizarán los alumnos en su proceso de aprendizaje? Hoy el mercado editorial está abierto a la competencia y hay por lo menos una decena de editoriales nacionales que producen textos escolares en las áreas más diversas.

 

En los setenta y ochenta, en plena dictadura stronista no había mucho que decidir: todos los alumnos de un grado, en cualquier punto del país, usaban el mismo libro. Todo alumno de primer grado, fuese cual fuese su escuela usaba el libro "Semillita". A él le seguían "Sigamos leyendo", "Pandorga", "Acosta Ñu", "Panorama Americano" y Panorama Universal". Los primeros eran libros "de lectura" que se caracterizaban por un marcado lenguaje sexista tanto en los textos como en las ilustraciones, con un estilo anticuado y cerrado.   

Con la reforma educativa de los noventa el panorama cambió drásticamente: el "libro de lectura oficial" desapareció y floreció la industria editorial, que atiende a dos mercados: el de la educación pública, donde los libros son comprados por el Estado, a través de licitaciones o concursos de precios y se proveen gratuitamente a los alumnos –aunque a veces no llegan a todos– y el de la educación privada, donde no hay licitaciones, pero sí una gran competencia para que los docentes opten por uno u otro texto.   

"Lo que buscamos en un libro es que responda lo mejor posible al programa oficial de estudios, porque eso se debe cumplir, y al mismo tiempo, también a lo que nosotros consideramos que debe ser abarcado. Lo que mucha gente no entiende es que los libros de texto son apenas la base, y que hay que recurrir también a otros textos", dice la profesora Estela Samudio.   

En la mayoría de las instituciones educativas los padres no participan en el proceso de selección de los libros que usarán sus hijos y por eso desconocen cómo se hace y a base de qué criterios. Simplemente recogen la lista de útiles y adquieren lo que se les pidió. Si luego hay quejas, cuentan los docentes, se refieren más al precio que al contenido de los materiales.    

Básicamente, la elección del libro la hace el profesor del grado o la asignatura, aunque en algunas instituciones se hace en equipo, y se tienen en cuenta varios criterios, que van desde el contenido, los autores, las fuentes, la correspondencia con el programa oficial y ponderan incluso la calidad del papel y el precio.   

Los chicos deben trabajan con libros desde el jardín de infantes. Y ya en los primeros grados de la Educación Escolar Básica un alumno de 6 ó 7 ños carga en su mochila con, por lo menos, media decena de libros. Cada área de estudio tiene su libro específico: hay uno para comunicación, otro para matemáticas, otro para estudios sociales, otro para ciencias, otro para guaraní y más.   

La cantidad de libros crece proporcionalmente al avance en el proceso educativo, ya que al llegar a la secundaria se pueden usar tantos libros como asignaturas se tienen. Y si considera que algunos bachilleratos tienen más de veinte disciplinas se puede tener una idea de la cantidad de libros que deben tener.   

Costo   

En el caso de la educación privada, equipar a los alumnos con todo el lote de libros que requiere tiene un costo que puede rondar los quinientos mil guaraníes.   

Si bien hay libros de editoriales locales que se venden a  25.000 guaraníes, hay otros que llegan a costar 90.000 guaraníes. Algunos textos importados para la secundaria sobrepasan los 150.000 guaraníes, especialmente cuando son importados.

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