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En la Nochebuena de 2013 dos niños, de 4 y 7 años, perdieron parte de los dedos, recordaron médicos de Emergencias Médicas.
En la Navidad de 2013, el Centro de Emergencias Médicas (CEM) atendió un total de once casos de heridos por petardos, comentó ayer el doctor Jesús Marín, y recordó que en 2011 se llegó a registrar un total de 16 casos de ese tipo.
El profesional manifestó que lo más preocupante es que una buena parte de estos casos afecta a niños pequeños. Refirió que el paciente más joven atendido por una lesión producida por fuegos de artificio en 2013 tenía apenas 4 años, mientras que el más adulto superaba la barrera de los 60. “En total, tuvimos entre Navidad y Año Nuevo cinco criaturas lesionadas con heridas importantes de la mano, los otros fueron adultos”, puntualizó.
Entre los casos más graves en adultos se tuvieron dos lesiones de globo ocular, uno de los cuales terminó perdiendo la vista; otro con una lesión importante en el conducto auditivo que le provocó una hipoacusia.
De los cinco casos de niños lesionados, dos fueron los más traumáticos pues implicaron la pérdida de parte de sus dedos. Un niño de apenas 4 años perdió la tercera falange de uno de sus dedos; mientras que una niña de 7 perdió parte de dos dedos de la mano.
Las edades de los niños afectados oscilaban entre los 4 y los 13 años, dijo.
“Al comprar petardos están eligiendo un mal para sus hijos. No hay pirotecnia que sea inofensiva. Por un minuto de diversión se tiene toda una vida desgraciada”, comentó el médico como forma de desalentar a la población en lo que respecta a explotar bombas durante las festividades que se acercan.