Conociendo la tierra de sus abuelos

Greg Ross (21) es estadounidense, pero desde el último asiduo contacto con sus parientes maternos, ya se siente también paraguayo. Estudia Historia. Tras dar con sus parientes en Facebook, el joven vino a conocer el país de sus abuelos. Metódico, complementa su venida con una investigación para su tesis universitaria sobre el comercio en la época del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/5OMJI2T25NAW3LULXZZR4DDYFA.jpg

Cargando...

Muy alto, muy rubio, Greg llegó puntual a la cita. El joven quedó encantado con Paraguay, tanto que, antes de partir, ya planea regresar. Greg nació, creció y se formó en Chicago, vive en la zona sur, en Hyde Park, es vecino del expresidente Obama. “Es un barrio de clase media donde siempre hubo diversidad”, comenta. Greg nos relata que su bisabuelo fue el profesor Albert Bachem, físico nuclear, padre de su abuela Erika –casada con el médico paraguayo Hartmann Friederich–. “De joven, mi bisabuelo trabajó con Einstein, también con Heisenberg. Junto con Leonhard Grebe confirmaron la teoría de Einstein sobre el corrimiento en rojo”.

Resumidamente los lazos familiares se formaron así: el paraguayo-alemán Hartmann Friederich, quien residía y trabajaba en EE.UU., estuvo en el lanzamiento de un libro de Albert Bachem, en este material el autor mencionaba que tenía un hermano en Paraguay. Hartmann se acercó a saludarlo y le comentó que era paraguayo. El profesor Bachem lo invitó entonces a visitar su casa y conversar más. Cuando Hartmann fue, Erika –la hija de Albert– le abrió la puerta y quedaron flechados (de este matrimonio nace Andrea, la mamá de Greg).

Durante décadas, cartas y fotos de los Bachem entre EE.UU. y Paraguay se sucedieron, pero cuando la abuela Erika falleció el contacto cesó. No obstante, libros, notas y postales quedaron en la biblioteca de Andrea, y fue Greg, imbuido de esta historia familiar, el que buscó en Facebook algún pariente en Paraguay. Así dio con Gabriela, hija de la psicoanalista paraguaya Aurora Bachem. La venida de Greg reavivó en los Bachem el deseo de conocerse entre ellos; según nos cuentan, son 120 aproximadamente en Paraguay.

Visita, turismo y estudio

De bisabuelo físico nuclear, abuelo médico, padre músico clásico y madre investigadora, Greg continúa el camino del conocimiento. El año que viene termina la carrera de Historia en la Universidad de Chicago y quiere hacer un posgrado en urbanismo. Usufructuó una beca de español para perfeccionar lo que sabe –estudia nuestro idioma desde los 15 años–, además en carne propia aprendió algo más: “Tengo que tomar clases de guaraní”, asegura. A la par de lo sentimental, tiene un objetivo de investigación histórica para su tesis de grado. “Justamente por mis raíces en Paraguay, elegí un tema que me interesa mucho: el comercio desarrollado en el río Paraguay durante la época del Dr. Francia. Empecé prácticamente de cero, porque en mi universidad los profesores dan clases de historia de Brasil y Argentina, algo de Colombia y México, pero nada de Paraguay”. Greg ha visitado el Archivo Nacional, donde pasó gran parte de las 10 semanas que estuvo en nuestro país. “Encontré en el Archivo 3 volúmenes de las correspondencias y correos del Dr. Francia. Cada tarde voy para sacar fotos y algunos textos que me llevo para traducir”. De por qué le interesa precisamente esta época, señala: “La decisión del aislar al país marcó mucho la forma de ser del paraguayo. Me interesa estudiar los detalles, por ejemplo, qué tipo de bienes y materiales se comercializaban a través del río”. Después de conocer y conversar con el historiador David Velázquez Seiferheld, Greg partirá hacia Buenos Aires como parte de su “aventura” –así lo siente– sudamericana.

Mangos frescos

“Desde que llegué experimenté sensaciones. Las personas son muy amables, abiertas y serviciales. El centro de la ciudad huele a una mezcla de árboles, gente y humo de colectivos. Algo que me gustó mucho fue viajar por la ciudad en colectivo con la ventanilla abierta y el viento golpeando mi cara; es una manera muy agradable de conocer la ciudad”. Por supuesto, probó comida paraguaya, pero no hubo física cuántica que le dilucidara cómo una sopa puede ser sólida “solo aquí, la sopa paraguaya”, asegura con una sonrisa.

Se dice que las personas con buena energía están protegidas contra los males comunes: “No me robaron nada ni pasé malos momentos”. Greg recorrió con sus parientes los lugares donde vivieron sus abuelos en San Bernardino. “Fue emocionante estar ahí, también releer viejas cartas, ¡hasta encontré fotos donde salíamos mi hermana y yo cuando éramos niños!, ¡eso fue increíble!”

El joven norteamericano preanuncia su regreso: “Definitivamente voy a volver, y tiene que ser en un mes de diciembre, porque sueño poder comer mangos directamente caídos del árbol”.

Su mamá ya lo aguarda impaciente en Chicago: “Ella está muy preocupada porque vine solo, sin conocer a nadie; además –un poquito celosa– me advirtió que no me enamorara de una paraguaya, pero eso no sé si lo cumpliré (risas)”.

Antes de partir, a Greg, solo le restaba ir al Mercado 4 para comprar una guampa y un termo. “También tengo que llevar chipa. Estoy muy pero muy ansioso por volver y contarle a mi familia todo lo que he vivido en Paraguay”.

lperalta@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...