Desolador panorama para los damnificados en Asunción

Asunción es tan solo una de las ciudades del país afectadas por las crecidas, en este caso, del río Paraguay.

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Las necesidades en los refugios son múltiples y las ayudas palian tan solo en parte los requerimientos de los damnificados. Según manifiestan, recién el año que viene estarían volviendo a sus casas.

La falta de oportunidades en el interior del país hizo que miles de personas migren a Asunción para instalarse en las zonas ribereñas.

Estas poblaciones son constantemente amenazadas durante las épocas de crecida y, desde el 17 de abril, suman más de 17.500 familias afectadas por la inundación que están repartidas en veredas, refugios, plazas, seccionales, entre otros.

Solo algunas familias que tienen casas de dos pisos son las que permanecen viviendo en el segundo nivel de sus casas.

Gran parte del resto de los grupos que abandonaron su lugar de origen ya se repartieron en los refugios, mientras que otros, que no tuvieron cabida en los locales habilitados, tuvieron que instalarse en veredas y/o en otros espacios públicos.

Aparte de vivir en condiciones muy básicas, los damnificados viven con el temor de que los aprovechadores –que abundan en las zonas ribereñas– roben las pocas pertenencias que quedaron en sus casas.

Por otro lado, deben lidiar con los vecinos que diariamente se quejan de la falta de higiene de los damnificados que, al contar con una escasa cantidad de sanitarios y ante la ausencia de contenedores para depositar los residuos, realizan sus necesidades y arrojan sus basuras en cualquier lugar que esté disponible.

Los afectados son conscientes de que viven en zonas inundables, pero la necesidad de seguir con su vida normal los obliga a volver a sus antiguas residencias.

“Ya estamos acostumbrados, qué le vamos a hacer”, expresan los afectados, muchos de ellos dedicados al rubro del reciclaje, mientras que otros son cuidacoches y limpiavidrios.

La mayoría sabe que en los meses de octubre, noviembre y diciembre se espera el fenómeno climático El Niño, que traería consigo intensas precipitaciones.

Ante este pronóstico, el retorno de estos pobladores a sus viviendas se produciría recién en el 2015, lo que significa que el Estado y la Municipalidad de Asunción deberán ofrecer, en lo que resta del año, insumos básicos para que las 17.500 familias afectadas puedan sobrevivir en los locales provisorios.

Expertos coinciden que la inversión en emergencia no tiene retorno, por lo que recomendaron al Gobierno invertir en soluciones habitacionales que mejoren la calidad de vida de los pobladores, tanto del Bañado Sur como del Bañado Norte, entre otras zonas inundables de Asunción y de otras localidades.

Lejos de solucionarse, el drama de las inundaciones tiende a continuar. Si bien se prevé un ligero descenso de las aguas para los próximos días, las necesidades van en aumento.

La solidaridad de empresas privadas y entes públicos es siempre bien recibida. Hasta el momento, solo se cuentan con previsiones, pero no existe información concreta de hasta cuándo seguirán creciendo las aguas y es por esto que se seguirá requiriendo aportes de la ciudadanía.

Lo único claro es que el Gobierno deberá seguir invirtiendo en mantener a estas familias, una situación que –según manifiestan los mismos damnificados– podría ser aprovechada por políticos de cara a las elecciones municipales del 2015.

Fotos Arcenio Acuña y Andrés Cristaldo

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