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Las últimas precipitaciones en la cuenca del lago Ypacaraí ayudan a cambiar las aguas infestadas, lo que hace que disminuya la cantidad de cianobacterias. Estos buenos resultados son temporales ya que los nutrientes que necesitan las cianobacterias siguen llegando al lago a través de sus principales arroyos afluentes, como el Yukyry y el Pirayú.
Un equipo investigador del laboratorio central de la Facultad de Biología de la Universidad de Santiago de Compostela, en España, acompaña un trabajo de control del lago Ypacaraí en el marco de una tesis doctoral. Este equipo es liderado por el PhD Felipe Macías Vázquez y la directora del laboratorio, Carmen Pérez.
Los resultados de las muestras de agua de ambos arroyos indican que los fósforos totales están por encima de 0,40 miligramo por cada litro de agua (mg/L), cuando el valor máximo recomendado y permitido es de 0,025 mg/L, según la Resolución Nº 585 de la Secretaría del Ambiente.
Las muestras fueron recogidas durante un caudal alto, tras lluvias, con alto poder de depuración debido al agua. Se estima que en condiciones normales los valores serían más altos.
También el nitrógeno total está elevado, por encima de 3 mg/L. La resolución de la Seam no define un parámetro controlado para el mismo. Estos valores son inferiores a años anteriores, según la Dirección General de Salud Ambiental, del Ministerio de Salud. Los valores máximos registrados a principios del año 2000 fueron de 12 mg/L (fósforo) y 6 mg/L (nitrógeno).
Estos nutrientes (P y N) son útiles para las cianobacterias que encuentran en ellos el alimento ideal para multiplicarse y generar “bloom” como sucedió en setiembre de 2012.
“Para evitar los nutrientes, lo que se puede hacer es barreras de estos tecnosoles para que ayuden a reducir el ingreso de ellos al lago”, resaltó Macías.