Recuerdan a rusos que lucharon en el Chaco

ASUNCIÓN (EFE). Militares, médicos e ingenieros que se exiliaron de la Unión Soviética tras la revolución bolchevique, y que defendieron al Paraguay en la Guerra del Chaco (1932-1935), son recordados en una muestra fotográfica en el museo del Ministerio de Defensa.

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Estos oficiales rusos llegaron al país entre 1927 y 1931 buscando asilo, y se incorporaron a las Fuerzas Armadas cerca del conflicto bélico contra Bolivia.

El director del museo, Roberto Olmedo, dijo que contactó con algunos de sus descendientes, entre ellos la hija de Stephan Vysokolan, uno de los médicos rusos que participaron en la contienda.

Además de la fotografía de Vysokolan, la galería incluye a toda una leyenda de ese grupo, el mayor Basilio Orefiev-Serebriakov, a quien se atribuye la frase: “qué lindo día para morir”, comentario emitido el 28 de septiembre de 1932 cuando estaba herido de bala tras participar en uno de los asaltos al fuerte Boquerón, que fue arrebatado a los bolivianos y que le costó la vida. 

Otro de los militares más conocidos presentes en la muestra es el general Juan Belaieff, fallecido en 1957 y que tras esa guerra se erigió en defensor de los indígenas maká, entonces ubicados en la región del Chaco.

Los voluntarios rusos en la Guerra del Chaco fueron homenajeados en febrero de 2016 por el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, en su visita a Asunción.

La Galería Fotográfica de Oficiales Rusos Voluntarios en la Guerra del Chaco se inauguró días atrás con la presencia del ministro Diógenes Martínez y del embajador de la Federación Rusa en Paraguay, Nikolay Tavdumadze.

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