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Lo máximo que hicieron fue ir tímidamente a tocar la puerta del embajador bolivariano en Asunción el viernes, para transmitirle “solidaridad en la distancia” con el jefe. Qué contraste con la actitud de Maduro quien vino al Palacio de López a arengar a la cúpula militar para desobedecer al Congreso y reinstalar a Lugo en el poder. Conste que la eventual caída del venezolano terminará de desinflar como globito de carnaval el íncubo bolivariano paraguayo.
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El caso Ibáñez parece una tomadura de pelo. El asesor jurídico de Diputados, un tal Zárate, dijo que no se encontraron irregularidades en la “contratación” de sus caseros. Es decir, a este diputado sinvergüenza y a otros a quienes en el futuro se les pille con las “manos en la masa” no les valdrán las pruebas contundentes. Acomodarán todo a su medida para que quede en el folclórico oparei.
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A partir de este 1 de marzo rige una ley que establece la protección de la población infantil y adolescente que asiste a escuelas y colegios, privados y públicos. Las autoridades educativas deben supervisar que las cantinas vendan productos saludables. Los alfajores y gaseosas deben ser sustituidos por frutas y jugos naturales. Al que no le gusta se puede quedar en su casa. La ley es la ley. Eso es en Uruguay. ¡Qué lástima!
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La mandamás aduanera en la sombra, una tal Oviedo, tiene una asignación mensual de 12 millones, según planillas internas de la oficina recaudadora. Pero dicen que ijyképe cobra 5.000 de los verdes a los que piden ser trasladados a las “minas de oro”, los puestos fronterizos neurálgico$. ¿Será?
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Unos irresponsables comentaron que ella ya no sabe qué hacer con lo que gana. Rabiosa apostadora, se compró un caballo por G. 70 millones y perdió hace poco en Villeta 90.000 dólares en una carrera. Para relajarse se compró una casa quinta en Guarambaré por 120.000. Como la vida en abundancia es corta, como reaseguro hizo nombrar al esposo, al hermano y hasta a su gato, disparatean estos envidiosos.
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Al fin se dieron cuenta de que la ley de Fonacide se tiene que modificar para que funcione. La plata está en el banco, pero no se puede usar por la gigantesca burocracia, reconoció Arnoldo Wiens. Si la normativa no sirve, los que la aprobaron deberían sufrir drásticos descuentos en su dieta, para que aprendan.
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En tanto, decenas de locales escolares están en calamitoso estado. No tienen ni silletas. Después nos vienen con la vieja cantinela de que “los niños y los jóvenes son la riqueza del país”. El escrache es el mejor antídoto de la ciudadanía para repudiar a estos hipócritas.