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El amor es, sin dudas, el sentimiento más maravilloso. El que no pasa de moda y moviliza al mundo. De este tema están llenas las novelas, poesías, músicas, pinturas, películas y otras expresiones del arte y la cultura. Toda la historia de la humanidad está teñida con el color sublime del amor y es la savia vital por la cual corren la emoción, el oxígeno, la respiración. Es la vida misma. Sin amor, nada tiene sentido y no se puede emprender ningún proyecto. Por eso, en estos tiempos vertiginosos que vivimos, con el consumismo y la tecnología que enloquecen, es bueno que paremos un minuto para reflexionar sobre el amor.
Las relaciones sentimentales hoy son breves, superficiales y vacías. Es porque las parejas no se hacen de tiempo suficiente para conocerse, estudiar los gustos comunes, hacer proyectos para el futuro, respetar las propias individuales, escuchar los consejos de los mayores, tolerar los defectos, ayudarse mutuamente y hablar con sinceridad de todos los temas, incluido el sexo.
El amor no es solo el deslumbramiento mágico de una noche o vivir el placer físico al máximo y descontroladamente. Las drogas, el alcohol y la pornografía vinieron en los últimos tiempos a destruir la esencia del verdadero amor. Y es por eso que hay infidelidad, traición y un descontento enorme en el aspecto emocional. Y hasta hay casos de feminicidios que se nos muestran a diario a través de los medios de comunicación y que nos llenan de terror. Porque aunque parezca extraño, hay amores que matan.
Quizás sea este el momento ideal para hablar del amor, una y otra vez. Que el 14 de febrero no sea solo una fecha comercial para vender flores, perfumes y bombones. Que no sea solo un día para llenar hoteles, moteles y restaurantes. Todos y todas tenemos que analizar sobre educar en el amor, desde los hogares. Por allí vendrán los cambios de nuestros sentimientos, ideas y comportamientos. Y podemos conseguir que las relaciones, como en tiempos de nuestros abuelos, sean plenas y duraderas.
El otro punto es la armonía, que significa estar en paz, orden, calma y sintonía. Es como encontrarse en la misma onda y frecuencia. Claro que no podemos opinar sobre distintos puntos de la misma manera, pero es posible escuchar al otro, con el mayor respeto y así llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes. La armonía se percibe en una música, donde todos los instrumentos suenan perfectos y no desafinan. Así también podemos lograr nosotros, en la casa, en el trabajo, con los hijos y los vecinos, vivir en serenidad, tolerancia y un clima apacible.
El último tema es el placer, el gozo, el disfrute de las cosas buenas que nos da la vida. Hay placeres sencillos como comer en familia, salir a pasearse, escuchar música, leer una poesía o estar en compañía con el ser amado. La naturaleza nos ofrece un ambiente increíble para vivir en plenitud, el amor y el placer, con absoluta armonía.
Blila.gayoso@hotmail.com