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Así como el año pasado, en la primavera, los jóvenes salieron a las calles a solicitar a las autoridades, “una mejor educación”, también tienen el legítimo derecho de reclamar “una salud mejor”. Durante la presentación del plan, que durará 5 años, el Ministro de Salud, doctor Antonio Barrios, dijo que lucharán contra esos problemas, procurando que los jóvenes sean los propios protagonistas de sus vidas. En otras palabras, que tomen control sobre sus conductas y construyan sus historias, con estilos de vidas saludables, estudiando y trabajando, y no perdiendo sus tiempos en actividades que dañan su salud física y mental. Señaló que algunos problemas no se visualizan, sino cuando ya es muy tarde, y hay niñas embarazadas, adictos a los estupefacientes, suicidios, muertes por accidentes en motos o por culpa de los “motochorros”. En fin, son muchas las víctimas de esos sucesos, que a diario vemos en las páginas de los diarios, o en los noticieros en la televisión. Y que nos dejan impotentes, sin saber qué podemos hacer para solucionar o evitarlos.
2 niñas de 14 a 17 años, tienen hijos en nuestro país, diariamente. Los suicidios también son frecuentes y las intoxicaciones por consumo de sustancias dañinas ocurren a menudo. Ni hablemos del consumo de las drogas, el tabaco y el alcohol y los que fallecen en accidentes, sobre todo, en motos. Algunos, quedan mutilados o en sillas de ruedas, siendo una carga para la familia y el estado. En fin, tantas situaciones dolorosas que nos dejan lastimados y sin saber cómo ayudar.
La familia siempre es la primera escuela. Los padres son los encargados de proteger y educar en valores éticos, morales y cristianos. Papá y mamá, deben dar mucho amor, ternura y paciencia a los hijos, Deben saber donde están los jóvenes y quiénes son sus amigos y amigas, Esta sagrada tarea no se puede delegar a las instituciones públicas. Lo que estos organismos pueden hacer es colaborar para que los jóvenes tengan la oportunidad de estudiar, dedicarse a las artes, al deporte, a la literatura para canalizar sus energías, en forma positiva.
Sabemos que la Policía tiene su trabajo específico, así como los ministerios, la fiscalía, los juzgados, las iglesias, los colegios y las universidades. Pero no pueden reemplazar a los padres. La transmisión de los valores como el respeto, el amor, la tolerancia, se aprende en la casa. En el seno del hogar, se recibe la contención emocional, la ternura, el rigor, la disciplina, el amor al trabajo y al estudio. Solo el acompañamiento permanente de los progenitores ayuda en el crecimiento. Son ellos los que cuidan la alimentación, la ropa, los horarios, la conducta y el comportamiento social de los hijos.
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