Complicado panorama político

Rápidamente comenzó el año electoral en nuestro país nada más y nada menos que un 13 de enero. Justamente los cartistas eligieron esa nefasta fecha (en recordación al golpe de 1947 que coloradizó el Gobierno) para presentar las planillas firmadas de unos 366.000 funcionarios públicos y afiliados que quieren la reelección del presidente Horacio Cartes.

Cargando...

A partir de este momento ya es una cuestión de tiempo incluir inconstitucionalmente la reelección a través de la enmienda. El artículo 290, último párrafo, expresamente sostiene que la reforma es el camino correcto y no la enmienda. Esta diferencia de procedimiento lo introdujeron los convencionales constituyentes para evitar justamente una nueva dictadura en Paraguay, atendiendo la triste experiencia del régimen de Alfredo Stroessner, que gobernó con mano dura nuestro país desde 1954 hasta el 2 y 3 de febrero de 1989.

La reforma consiste en convocar a una nueva Convención Nacional Constituyente, que no basta comprando votos en el Congreso mientras que la enmienda se reservó para otras cuestiones que no afecten el modo de elección, la composición, la duración de mandatos, entre otros puntos.

El oficialismo colorado intentará repetir –salvando algunas distancias– lo ocurrido el 13 de enero de 1947, y a fuerza de votos de 41 diputados y 23 senadores atropellarán la institucionalidad de la República.

De consumarse “este golpe”, el cartismo redactará el artículo constitucional a su manera y lo más probable es que deje la canilla abierta para que la reelección pueda ser indefinida. Esto mismo lo logró Stroessner en la década del 70, pero de una manera más elegante incluso y menos costosa en términos económicos.

El cartismo está tan seguro de que ganará las elecciones generales del 2018 al igual que Fernando Lugo y sus aliados liberales del sector de Blas Llano. Así como se presenta el panorama, son los dos únicos que competirán cabeza a cabeza la carrera.

Usted me preguntará qué pasará con Efraín Alegre y el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA). Sinceramente, le respondo que no le veo a Efraín como un aglutinador de votos. Es más, su carácter personal contamina sus ambiciones políticas. No es ningún chisme, los testimonios están a la vista. En estas condiciones, es muy difícil sumar.

Un liberal efrainista me retrucará diciendo que Cartes tampoco es un Carlitos Vera. Es cierto pero Horacio tiene espalda económica, es generoso cuando tiene una idea en su cabeza y está actualmente en el poder. Tres ingredientes muy importantes para el folclore político paraguayo.

En definitiva, el PLRA está fracturado y un buen sector le apoya a un candidato de otra línea política: Fernando Lugo. Los movimientos de izquierda y centro-izquierda apuestan al ex obispo y actual senador, algunos por convicción, otros siguen manteniendo la esperanza de cambio con el ex obispo y algunos quizás porque no encuentran una nueva figura.

La ciudadanía está todavía de vacaciones y a esta altura del campeonato no se ve en el horizonte un nuevo proyecto que pueda gobernar en el periodo 2018-2023. El tiempo vuela y no hay tiempo que perder. La maquinaria partidaria comenzó a rodar y hasta el momento tenemos solo dos candidatos bien posicionados y con electorados formados.

¿Quién será la opción diferente? ¿De dónde vendrá?

pguerrero@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...