“Gerentocracia”

No estamos hablando del sistema de gobierno en el que el poder está en manos de las personas de mayor edad, ya que el poder actual lo tienen un Presidente y ministros relativamente jóvenes mientras que en los poderes Judicial y Legislativo hay muy pocos ancianos.

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La gerontocracia, que ha regido nuestro país durante la dictadura de Alfredo Stroessner y en algún otro momento del pasado, no es el motivo de esta opinión. Denominamos “gerentocracia” al gobierno en el cual tienen fuertes influencias los gerentes del holding de empresas del Presidente de la República.

De hecho “gerentocracia” es un término inventado (con una sola letra de diferencia con gerontocracia=gobierno de ancianos), no obstante parece encajar con la forma en que funciona actualmente el Poder Ejecutivo de Paraguay, al cual siguen y se amoldan los demás poderes dada la mayor aceptación y legitimidad del primero.

La gerentocracia sería entonces el gobierno de los gerentes de las empresas del hombre fuerte de turno, en este caso el presidente Cartes, de quien se esperaba que dejara de lado su dedicación e interés empresariales para volcarse de lleno a la atención y cuidado de los intereses nacionales, tal como lo exige desde luego la Constitución Nacional.

Sería incorrecto afirmar que en Paraguay gobiernan los gerentes comerciales de Horacio Cartes o que el gabinete del Poder Ejecutivo está integrado por los ejecutivos de las empresas del Presidente de la República. No es así. Sin embargo, se sabe del poder que tienen los cuatro o cinco gerentes del grupo Cartes en las decisiones del Gobierno.

Tienen poder de veto, de consultas de alto nivel, de pre-opiniones del Ejecutivo y de dar orientaciones políticamente correctas a quienes cuentan con atribuciones legales de gobernar sobre lo que gusta o no gusta al Presidente. De hecho, los políticos “de carrera” que llegan a la presidencia tienen siempre un gabinete paralelo, conocido como el primer anillo, que generalmente lo integran sus amigos personales, compañeros de colegio o facultad y parientes cercanos.

No por eso la “gerentocracia” adquiere legitimidad, como tampoco la tiene el primer anillo que suelen formar de hecho y no de derecho los presidentes políticos. A la función pública se accede por elección o nombramiento. Estos pueden ser por concurso o por confianza.

A la función pública (la verdadera) no se accede por parentezco, afiliación partidaria, amiguismo y tampoco por pertenecer al gremio de gerentes de un holding de empresas privadas de quien fue elegido para gobernar.

“Son personas de mi absoluta confianza que me están ayudando en este esfuerzo que hacemos para hacer una gran gestión. Me hubiera preocupado más si me dicen que estamos envueltos en corrupción. No importa lo que se diga, importa que hagamos una gestión y que nuestra gestión esté al servicio de todos los paraguayos”.

Esta es la postura del presidente Cartes al respecto, quien agregó: “Cuando uno no sabe, debe preguntar”.

Yo creo que el Presidente sabe muy bien la diferencia que hay entre un asesor del jefe de Estado y un socio comercial del Presidente. Sabe muy bien que sobre las cuestiones de Estado se pregunta a los secretarios de Estado, funcionarios estos que no son sus empleados, pero que están calificados para asesorarlo. Creo que sabe la diferencia que existe entre escuchar la opinión de un socio, amigo o empleado de sus empresas, y permitirles que estos intervengan inclusive en el frente de operaciones militares y policiales.

También sabe la diferencia que hay entre corrupción y distorsión del estado de derecho, porque nadie lo acusa de robar sino de otorgar influencias indebidas a personas que pueden gozar de su absoluta confianza en sus empresas, pero que en el Gobierno nunca deben contar con poderes ligeramente inferiores a él y ligeramente superiores a secretarios de Estado y otros altos funcionarios gubernamentales. Con razón los colorados comienzan a preguntar: mba’e política piko kóa.

ebritez@abc.com.py

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