La asociación

Los camioneros que transportaban tranquilamente las ciento ochenta toneladas de carne decomisada días pasados, se habrán sorprendido de que a un kilómetro de entregar, como siempre, su mercancía al Frigorífico Concepción, fueran detenidos para una inspección no planeada.

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Habían hecho eso por meses, tal vez por muchos meses, sin ningún inconveniente. Durante todo ese tiempo habían transitado desde Pedro Juan Caballero hasta Concepción, 215 kilómetros, transportando más de siete mil toneladas de carne, recibiendo el visto bueno de los varios puestos de control que existen en el trayecto.

La carne pasaba los controles con despachos aduaneros que no pueden realizarse sin certificación del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (SENACSA) y SENACSA jura que no otorgó esa certificación para al menos tres mil seiscientas de esas más de siete mil toneladas de carne.

El Frigorífico Concepción está presidido por un tal Jair de Lima, quien dicen que hace unos quince años está en actividad en nuestro Paraguay, socio de Luis Villasanti, presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) que integra a los productores de carne, en una empresa financiera.

La impunidad con que el Frigorífico Concepción hacía transitar carne de contrabando por 215 kilómetros y la facilidad con que obtenía los despachos aduaneros irregulares prueban que Jair de Lima tiene mucha influencia en Aduanas y, tal vez, en SENACSA.

Pero el Ministerio Público (Fiscalía) aún no procesó a Nelson Valiente, director de Aduanas, ni investigó el origen de los recursos financieros de la sociedad que Jair de Lima tiene con Villasanti. El director de la Secretaría Nacional de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (SEPRELAD), Óscar Boidanich, tampoco miró nada de esta sociedad.

Valiente y Boidanich dependen directamente, sin intermediarios, del presidente de la República, Horacio Cartes. Y habría que investigar si Jair de Lima es uno de esos empresarios a los que Cartes invitó a “usar y abusar” de nuestro país.

También están vinculados con Horacio Cartes el procurador general de la República Francisco Barriocanal, el director de Contrataciones Públicas Santiago Jure, el ex asesor jurídico de la presidencia de la República Sergio Godoy y José María Peña, padre del ex ministro de Hacienda Santiago Peña, quien trabajó hasta diciembre en Puente Casa de Bolsa, empresa a la que, sin concurso ni licitación alguno, se dio participación en el manejo de los bonos paraguayos.

No se investigó aún por qué Cartes tiene preferencia por Puente Casa de Valores.

Todos los mencionados están también vinculados a Darío Messer, amigo preferido del presidente Cartes.

Messer es, según testimonio judicial de Alberto Yousseff en el caso “Lavajato” (el más grande caso de corrupción de la historia de América Latina), el principal lavador del dinero que Luiz Inacio “Lula” da Silva y sus cómplices le robaban al pueblo brasileño. Yousseff testificó que el grueso del lavado se hacía en nuestro Paraguay.

El lavado de dinero debe ser una actividad bastante necesaria para quienes exportan los cigarrillos de Cartes, porque con una renta libre de más de ciento cincuenta millones de dólares por año para el presidente, lo que requieren lavar es enorme.

Y, sin embargo, la Fiscalía no abrió aún una investigación sobre Cartes, el factor común en toda esta trama.

evp@abc.com.py

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