Los tuku karu

Los acrídidos (Acrididae), conocidos popularmente como langostas, saltamontes o TUKU, son una familia de insectos ortópteros caracterizados por su gran facilidad para migrar de un sitio a otro y, en determinadas circunstancias, reproducirse muy rápidamente llegando a convertirse en plagas capaces de acabar con la vegetación de grandes extensiones de terreno.

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Poseen largas patas posteriores para saltar y un aparato bucal para masticar y comer hojas. Pueden llegar a comer en 24 horas el equivalente a su peso.

Un dato muy importante para tener en cuenta es que este tipo de insecto no representa en sí peligro alguno para los seres humanos. No obstante, resulta ser uno de los peores enemigos que una plantación o campo sembrado pueden tener. Sus alimentos preferidos son los cítricos, las plantas de maíz, poroto, mandioca y otros. 

Similares o peores que las langostas son los conocidos como TUKU KARU, que si bien es cierto existen todo el año y en todos los estamentos, hacen su eclosión de actividades devastadoras en Semana Santa. 

Langostas urbanas que migran al campo, devorando todo lo que encuentran: chipa, gallinas, huevos, leche, queso, sopa, chancho y cuanto alimento se le ponga a su alcance. Las originales langostas solo comen, en cambio los TUKU KARU no solo arrasan con lo que pueden, sino que también regresan trayendo lo poco que sobra, en concepto de “avío”. 

En contrapartida, puede verse la nobleza de las personas de tierra adentro demostrada en la actitud que, lejos de verse agredidos y saqueados, se sienten orgullosos de compartir y regalar hasta los últimos productos, fruto de sacrificios y desvelos. No dudan en dar alojamiento y alimentos, sin importar las necesidades que tengan; para ellos es una gran felicidad que citadinos tengan la hospitalidad a cualquier costo.

La vuelta de las LANGOSTAS se puede apreciar con los vehículos repletos hasta en los portabultos con gran parte del sacrificio campesino, transportado para seguir con la comilona.

Remarcamos que estos voraces insectos humanos no solamente cumplen actividades en cada Semana Santa, sino que son una plaga insaciable y permanente de nuestra sociedad: muchos de ellos están empotrados en todas las instituciones y estamentos del Estado, desde donde, sin piedad y con total impunidad, devoran los recursos públicos, que deberían servir para desarrollar al país.

Este tipo de langostas humanas fagocitan gran parte del dinero público, producto del pago de nuestros impuestos. Prósperos establecimientos, lujosas residencias y camionetas 4x4 del año que hoy ostentan varios de estos impresentables son las evidencias del saqueo que hicieron estos TUKU KARU gubernamentales.

En el caso de las langostas que apeligran cultivos y pasturas, los pobladores piden que se realicen fumigaciones a fin de acabar con la amenaza. En cuanto a los TUKU KARU, las verdaderas plagas que impiden el desarrollo de nuestro país, solo podrán ser combatidos y exterminados con el despertar ciudadano, reclamando y diciendo NO a la venta de conciencia y votos que hacen que estas personas se perpetúen en el cargo.

Precisamente, se acercan de nuevo épocas electorales para renovación de las autoridades nacionales y regionales; por lo tanto, es hora de pensar bien antes de decidir, vender el voto o alquilar la conciencia para que no nos invadan los perjudiciales TUKU KARU.

(*) Exministro de Salud Pública.

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